“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mí” (Gal. 2:20). “Al que no conoció pecado, por nosotros (Dios) lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Cor. 5:21). “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Is. 53:5, 6). 

Lectura: Rom. 6:5-8.

Escuchemos la Escritura: “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él” (Rom. 6:6-8). Lo siguiente es un ejercicio espiritual para que cada uno haga una meditación personal sobre los textos que hemos estado comentando y que escriba sus propias conclusiones. Pide a Dios que el Espíritu Santo haga una profunda obra en ti en base a la verdad que estos textos tan importantes revelan acerca de tu relación con Jesús.

En un ambiente de oración, en la presencia de Dios, y en un lugar donde puedas estar a solas con Dios, contesta las preguntas siguientes, o coméntalas con el Señor en oración:

1. ¿Alguna vez has acudido a la Cruz para morir con Cristo? Si no, ¿podrías apartar un tiempo en la presencia de Dios para orar sobre este tema?
2. Al identificarte con la muerte de Cristo, ¿qué pecados está pidiendo el Espíritu de Dios que entregues a Jesús?
3. ¿Qué sufrimientos tuyos necesitas entregar al Señor? Dedica el tiempo necesario a este asunto.
4. ¿Qué respuestas tuyas a estos sufrimientos se clasificarían como pecado?  ¿Quieres confesarlas como pecado ahora? ¿Cómo han influido en tu vida?
5. ¿Qué recibes de parte de Jesús en estos momentos? ¿Qué te dice Él? ¿Te viene un pasaje bíblico a la mente?  
6. ¿Qué pasa entre vosotros, tú y Él?
7. ¿Cómo se sanan tus heridas? Explica cómo vives esta identificación total.
8. Usa tu imaginación espiritual para visualizar el entorno. ¿Qué ves alrededor tuyo? ¿Qué ocurre?
9. ¿Puedes palpar la oscuridad? ¿Te entra una astilla de la madera? ¿Los clavos están oxidados? ¿Cómo es el ambiente?
10. ¿Qué quieres decir al Señor en estos momentos?
11. ¿Qué te dice a ti?
12. Compara tu experiencia con la del “ladrón bueno” que fue crucificado al lado de Cristo (Lucas 23:32-46).
13. ¿Cómo piensas que el apóstol Pablo vivió su experiencia de estar crucificado con Cristo?

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