“Jehová bendecirá a su pueblo con paz” (Salmo 29:11).

Lectura: Salmo 29:1-11.

Este salmo habla de la potencia de la voz de Dios:

• “Voz de Jehová sobre las aguas; truena el Dios de gloria” (29:3).
• “Voz de Jehová con potencia” (29:4).
• “Voz de Jehová que quebranta los cedros” (39:5).
• “Voz de Jehová que derrama (lanza, NVI) llamas de fuego” (29:7).
• “Voz de Jehová que hace temblar el desierto” (29:8).
• “Voz de Jehová que desgaja las encinas” (29:9).

La voz de Dios es fuerte, impactante y potente. Habla por medio de las fuerzas destructivas de la naturaleza: truena, quebranta, enciende fuego, sacude, desgaja, inunda y arrasa. Conmociona la naturaleza. Dios habla fuerte por medio de desastres naturales para captar la atención de la gente del mundo, para enseñarles el temor a Dios y conducirlos al arrepentimiento.

Por encima de todo el ruido espantoso de la naturaleza, habla la voz de Dios: “Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza” (Marcos 4:39). Se produjo la paz de Dios: “Jehová bendecirá a su pueblo con paz”. El pueblo de Dios vive en paz, lejos del tumulto del mundo. No hace falta que Dios levante la voz para captar nuestra atención, ya la tiene. Vivimos en la paz que Él crea.

Vivimos en paz con Dios y en paz los unos con los otros. Esta paz es la ausencia de guerra. Procede de Dios; es un don del Cielo: “Jehová bendecirá a su pueblo con paz”. No estamos en discordia, en conflicto los unos con los otros, en desacuerdo; no estamos peleados, sino en paz y armonía los unos con los otros. La voz de Dios habla paz. Esta es la sobrenatural paz de Dios “que hace cesar las guerras”, las guerras espirituales contra el diablo, no contra otros creyentes (Salmo 46:9).

La voz de Dios hace temblar a la gente del mundo, pero trae paz a su pueblo. La voz de Dios crea lo que habla; habla la paz y crea la paz: “Jehová bendecirá a su pueblo con paz”. La voz de Dios preside los desastres causados cuando los poderes de la naturaleza se sueltan. Su voz es más fuerte que el tumulto de muchas aguas, hablando paz. Paz a las iglesias y a los movimientos cristianos. Paz sobre todo el pueblo de Dios. “Paz a vosotros” (Juan 20:21). Señor, habla paz a mi corazón.  Amén.     

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