“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 6:1).
Lectura: Mateo 6:1-6.
La tendencia humana es querer impresionar a los demás con lo buenos que somos. Queremos que piensen que somos muy espirituales. Es curioso ver lo que el Señor incluye en la vida normal de uno que profesa fe en Dios: ofrendas a los pobres, la vida de oración, y nuestra práctica del ayuno. Menciona concretamente estas tres cosas que deberíamos llevar a cabo con la correcta motivación, cosas que Él considera importantes en nuestra vida como creyentes.
“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos. Cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (6:3, 4).
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas… para ser vistos de los hombres… Mas tú, cuando ores, entre en tu aposento, cerrada la puerta; ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (6:5, 6).
“Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan… Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (6:16-18).
La advertencia es que hemos de estar al tanto de no practicar nuestra piedad delante de los hombres.
- ¿Me encuentro fardando de mi conocimiento de la Biblia?
- ¿Hablo del Señor para impresionar a otros?
- ¿Soy más piadoso en público que en privado?
- ¿He vendido una versión de mí mismo que no es del todo cierta?
- ¿Cómo está mi corazón secreto delante del Señor?
- ¿Hago cosas pequeñas solo para Él porque lo amo? ¿Conmuevo su corazón?
- ¿Cómo va mi relación secreta con Él?
Cuando lo pensamos, gran parte de nuestra vida espiritual la practicamos con otros: oramos en familia, oramos con los que vienen a visitarnos, vamos a reuniones de oración, escuchamos sermones con otros, asistimos a grupos de estudio bíblico y comentamos el texto con otros, pero ¿qué de mis tiempos a solas con Dios cuando no hay nadie más presente? ¿Han disminuido? ¿Se acuerda con nostalgia el Señor de los tiempos que yo tenía con Él cuando pasaba por grandes pruebas? Podemos ir apartando dinero para ofrendas en secreto, buscar ratos para orar en secreto, e incorporar el ayuno en nuestra semana si no lo está aún. Señor, pedimos tu ayuda para ser obedientes con estas tres cosas. Amén.
Copyright © 2024 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.