¿QUÉ PROPÓSITO TIENE LA VIDA? (6)

 

Encontrar el amor de Dios en Cristo es encontrarlo todo. Es encontrar la salvación y la vida eterna. Es también encontrar el amor que necesitamos para vivir ahora en este mundo.
 
“Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros” (1 Juan 4:7-11, NVI). Este texto lo resume todo.
 
¿Qué te parece? ¿Te abrirás a la aventura de toda una vida, amando a Dios y siendo amado por Él? ¿Y en segundo lugar, amando a otros recibiendo amor de ellos? ¡El amor de Dios te llenará de toda la plenitud de Dios! Y amar a otros te hará feliz.
 
Terminamos esta serie con una oración: Padre amado, confesamos que hemos estado muy despistados, buscando el propósito de la vida en la familia, en el servicio, o en el estudio de tu Palabra, y no donde realmente se encuentra, en ser amados por Ti y en corresponder a tu inmensurable amor. Esta relación de amor contigo es realmente el propósito de nuestra salvación y lo que trae verdadera felicidad a nuestra vida.
 
Tantos hijos tuyos no se abren a ser amados por ti, porque piensan que no lo merecen. Pedimos que Tú les muestres la naturaleza de tu amor, que es un amor incondicional, porque emana de tu Persona que eres amor. Otros se agotan haciendo cosas para que Tú los ames, sin entender que tenemos tu amor de entrada. Otros reciben tu amor en el depósito de su corazón, pero como tiene grietas, no lo retienen y pronto se vacía. Enséñales donde están estas grietas y el camino de la reparación y sanidad de ellas para que siempre puedan estar llenos de ti.
 
Padre, tu amor es como el océano y nosotros solo hemos empezado a mojar nuestros pies en la orilla. Llévanos a sus profundidades hasta que nos sintamos amados con la pasión de tu corazón, la profundidad de tu alma, la inteligencia de tu mente y la fuerza de tu omnipotencia. Y ayúdanos a corresponder con una medida cada vez más grande, y también amando a los demás con tu amor. Entonces tendremos una vida que realmente te glorifica a ti, porque todo procede de ti que eres la fuente de todo amor. En el nombre de nuestro Salvador, amén.     

    

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