¿QUÉ PROPÓSITO TIENE LA VIDA? (5)

 

Si el propósito de la vida es el amor, y el mayor amor que podemos experimentar es el amor de Cristo, nos incumbe comprenderlo, buscarlo y recibirlo.

Conocer el amor de Dios en todas sus dimensiones es el camino a la plenitud de Dios en nosotros. Si queremos estar llenos del Espíritu Santo, es por medio de conocer el amor de Cristo. En nuestra ignorancia pensamos que la plenitud del Espíritu se consigue por medio de una experiencia carismática, o por la imposición de manos, o por nuestra obediencia a Dios, o por el estudio de la Biblia, o nuestra dedicación a Dios, pero Pablo nos informa que no es por estos métodos, sino por conocer personal y profundamente su amor. Pablo dobla sus rodillas ante el Padre, pidiendo que los creyentes seamos “fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Ef. 3:16-19). El amor es una cosa que alegra, consuela, fortalece, anima, empodera, motiva, enternece, potencia, edifica, afirma, pacifica, satisface y llena a la persona amada. Esto es lo que recibimos de parte del Señor cuando nos abrimos a ser amados por Él. ¿Nos sorprende que este sea el camino para ser llenos de toda la plenitud de Dios? Dios es esta clase de amor y al recibirlo nos llenamos de Él.

¿Qué es lo que necesitamos para vivir? Todo lo que proporciona el amor de Dios. Siendo amado por Dios, uno que se siente alegre, consolado, fortalecido, animado, empoderado, motivado, enternecido, potenciado, edificado, afirmado, pacificado, satisfecho, lleno y capacitado para amar a otros. No está dudando sobre para qué sirve la vida, está deseando vivirla para conocer más y más de este amor que lo llena de la vida de Dios. Por esto Dios dice que no nos gloriemos en nuestra sabiduría, ni en nuestra valentía, ni en nuestras riquezas, sino en entenderlo y conocerlo a Él, porque conocerlo es amarlo. Dios es el amor que hemos estado buscando toda la vida. Y al hallarlo, ¡tenemos mucho en qué gloriarnos! Es como dice el himno:

“La humanidad va en búsqueda de algo que la satisface cada día;
Pero yo he encontrado el camino vivo, el sendero del placer verdadero.


Coro:
He descubierto el camino de la felicidad,
He descubierto el camino del gozo
He descubierto el alivio de la tristeza;
Es una felicidad auténtica.
He encontrado la fuente de bendición
He descubierto la Palabra Viva.
Fue el descubrimiento más grande de todos
Cuando encontré a Jesús, mi Señor.

He encontrado la Perla de gran precio, la Vida Eterna tan hermosa;
Fue por medio del sacrificio del Salvador que encontré a esta joya tan valiosa.

https://youtu.be/_TTNKHUYDtk?si=tGPaeYizskE33dfE

Esta es la canción que se apodera de nuestro corazón cuando encontramos al amor de Dios en Cristo Jesús.

    

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