Que seáis “fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Ef. 3:16-19).
Lectura: Ef. 3:14-19.
Vamos a usar este texto para nuestra meditación de hoy en forma de un estudio bíblico. Se trata de entender el texto, saber lo que significa y aplicarlo personalmente a nuestra vida. Contesta a estas preguntas para ti mismo o úsalas para hacer un estudio bíblico en grupo.
El contenido del texto
- ¿Quién está orando y para quién ora?
- ¿Cómo nos fortalecemos por dentro?
- ¿Cómo consigo que Cristo viva en mí?
- ¿En qué cosa estamos arraigados?
- ¿En qué cosa está nuestra vida cimentada?
- Si falta este amor, ¿qué pasa a estas raíces o a esta construcción?
- ¿Cuál es el resultado de conocer el amor de Cristo?
El significado del texto
- ¿Qué deseaba Pablo para los efesios?
- ¿Cómo podían conseguirlo?
- ¿Qué parte tenía Dios en ayudarles a conseguirlo?
- ¿Qué parte tenía Pablo?
- ¿Qué significa estar lleno de la plenitud de Dios?
- ¿Qué relación hay entre recibir el amor de Cristo y estar lleno de Dios?
- ¿Qué tiene que ver conocer el amor de Cristo y estar llenos de Dios? ¿Por qué? Explica la conexión entre ambas cosas.
La aplicación del texto
- ¿Tú te sientes amado por Dios?
- ¿Cuándo lo dudas?
- ¿Qué tienes que hacer para que Dios te ame?
- ¿Buscas la plenitud del Espíritu Santo?
- ¿Cómo se consigue?
- ¿Cuándo te sientes más llena de Dios?
- ¿Qué haces cuando estás más llena de Él?
Un breve pensamiento:
Estar “arraigado y cimentado en amor” da mucho en qué pensar. Un árbol con sus raíces en buena tierra da fruto. Lo mismo pasa con un creyente que recibe sus nutrientes del amor de Dios. Mete cada vez más hondo sus raíces en el amor de Dios y tiene cada vez más estabilidad y cada vez menos posibilidad de caer. Crecemos y prosperamos absorbiendo el amor de Dios por nosotros. Nos lleva a la suprema expresión de este amor en el Calvario que es donde más amor sentimos. La palabra “cimentados” nos lleva a pensar en un edificio. Cuanto más fuerte el fundamento, más estable el edificio. Puede pasar por tormentas e inundaciones sin tambalear. Es una relación de amor profundo con Cristo la que permite que permanezcamos firmes y fructíferos hasta el día en que Él nos llame a su presencia.
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