“Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe… Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta” (Hebreos 13:7, 17).
Lectura: Heb. 13:7-17.
Estos versículos hablan de lo que hace un buen pastor, pero si ves que el resultado de su conducta no ha sido bueno, cuidado, y si el resultado son vidas destrozadas, ¡más cuidado! Aquí hay una lista de lo que un buen pastor no hace.
Un buen pastor:
- No avergüenza a una persona delante de la iglesia.
- No crea en ambiente de miedo por si abres la boca porque no estás de acuerdo con él.
- No te hace sentir como un trapo.
- No dice a las mujeres de la congregación cuántos hijos deben tener.
- No se inmiscuye en los matrimonios de los casados.
- No controla la vida sexual de las parejas en su congregación.
- No cuenta las cosas personales de una persona a toda la congregación.
- No controla la vida laboral de nadie.
- No está solo en una conversación privada con una mujer.
- No se mete en las finanzas de nadie.
- No hace público los pecados ya confesados de nadie.
- No usa el dinero, la vergüenza, el miedo y la amenaza de llevarte a juicio, la mentira y la calumnia para controlar a la congregación. Esto no es de Dios.
Lo que el pastor o anciano no tiene autoridad para hacer:
- Determinar quién se casa con quien.
- Romper un matrimonio.
- Y mucho menos, romper un matrimonio, y ¡casar al hombre con otra mujer!
- Determinar si la mujer puede estudiar en la universidad.
- Declarar rotundamente quién es creyente y quién no lo es.
- Ir sacando gente de la iglesia a su antojo.
- Mezclar un negocio y la iglesia.
- Controlar o manipular a las personas.
- Decirte cómo has de pensar, o sea, controlar la mente de las personas.
- Prohibir a la gente de la iglesia que tengan contacto con creyentes de otras iglesias.
- Llevar a alguien de su iglesia a un tribunal de juicio estatal.
- Usar amenazas para controlar a la gente.
- Emplear chantaje.
- Calumniar.
Un buen pastor potencia a los que están bajo su responsabilidad, los afirma y los liberta para servir con toda su capacidad, nunca los reprime o controla; los capacita para el ministerio.
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