LO QUE ES DIOS PARA NOSOTROS

 

“Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza” (Salmo 71:3).
 
Lectura: Salmo 71:1-3.
 
            Aquí tenemos a un creyente orando. Está en apuros. El enemigo va a por él. Clama a Dios implorándole: “En ti, oh Jehová, me he refugiado; no sea yo avergonzado jamás” (71:1). Necesita escondite del enemigo y no ha encontrado mejor refugio que Dios mismo. Se ha metido en este refugio ya y se lo comunica al Señor: “En ti me he refugiado”. Estas palabras suenan como música al oído de Dios. Él quiere ser nuestro refugio. Este creyente que se ha refugiado en Dios pide que no sea avergonzado, que Dios no le falle. Esta frase se repite mucho en la Biblia, que no seamos avergonzados al tener al Señor por nuestro Dios. No queremos que nadie jamás diga: “Fijaos, esta persona se ha refugiado en Dios, ¡y mira como Dios le ha fallado!”. Esto no va a ocurrir nunca, porque Dios no falla a los que se refugian en Él.
 
            Primero el salmista se refugia en Dios y luego le pide permiso para hacerlo: “Sé para mí una roca de refugio donde recurra yo continuamente”. Está pidiendo que Dios lo deje refugiarse en Él. No presume nada. No va a refugiarse en Dios una vez por todas. Ha decidido adquirir la práctica de refugiarse en Dios siempre que se encuentre amenazado. Se esconderá en Dios vez tras vez, cada vez que necesite lugar seguro donde el enemigo no pueda alcanzarlo.
 
            Se ha formalizado un acuerdo entre los dos, entre el creyente y su Dios, y sabe que Dios ha firmado esta alianza con él: “Tú has dado mandamiento para salvarme” (71:3). Es consciente de que Dios lo salvará del adversario. Se lo ha pedido y tiene la convicción de que Dios lo ha oído y le ha concedido lo que le ha pedido. Cuando Dios da mandamiento acerca de una cosa, ya es seguro. Se le ha ido el temor; Dios lo va a salvar. ¿Cómo sabe que Dios le ha dado mandamiento para salvarlo? Su corazón se lo ha dicho. Tiene paz. Se siente seguro.
 
            “Tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza” (71:3). El pacto que ha establecido con Dios está en marcha. Dios se ha comprometido a ser su roca y su fortaleza, y él lo sabe. Está fuera de peligro. Se siente protegido. Como dice el himno: “Ni una sola flecha me podrá dañar; si Dios no lo permite, no me alcanzará”.
 
            Qué hermoso es dialogar con Dios, llegar a un acuerdo con Él, y tener la paz que acompaña al pacto que hemos formalizado entre los dos. Dios ha firmado su Nombre: “Yo seré tu Refugio” y nosotros respondemos: “Yo sé que Tú has dado mandamiento para salvarme; estoy tranquilo. Todo el mundo verá como Tú me has salvado”.   

    

Copyright © 2024 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.