LA PACIENCIA DE LOS PROFETAS

 

“Hermanos, tomad como ejemplo de paciencia… a los profetas” (Santiago 5:10).
 
                      Los profetas anhelaron ver la justicia establecida en la tierra. Clamaron a Dios por la salvación de Jerusalén. Hablaron de la venida del Mesías con gran anticipación e ilusión. Y nos hablaron de la restauración de todas las cosas, del reino del Ungido de Dios trayendo paz, prosperidad, sanidad y gozo a la tierra. En medio de su aflicción y sufrimiento, previeron todo esto y lo anhelaban. ¿Cuándo será? Como Dios dijo a su amado Daniel, ¡aún falta un poco! Estamos también nosotros en este tiempo de espera. Que la paciencia de los profetas sea la nuestra.
 
Vamos a considerar lo que profetizaron y anhelaban ver:  
 
Isaías: “Israel será salvo en Jehová con salvación eterna” (Is. 45: 17). “En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará y los conducirá a manantiales de aguas” (Is. 49: 9-13). “Ciertamente consolará Jehová a Sión, consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto” (Is. 51:3). “Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré. Tus ventanas pondré de piedras preciosas, y tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas. Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová, y se multiplicará la paz de tus hijos” (Is. 54: 11-13). Aún esperan su cumplimiento.
 
Jeremías: “Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre; tu trono de generación en generación. ¿Por qué te olvidas completamente de nosotros, y nos abandonas tan largo tiempo? Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos” (Lam. 5:19-21). Todavía están esperándolo.
 
Oseas: “Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque se apartó mi ira de ellos” (Oseas 14: 4). Israel aún sigue en su rebeldía.
 
Jonás: “Y preparó Jehová una calabacera, la cual creció sobre Jonás… y Jonás se alegró grandemente por la calabacera (Israel)” (Jonás 4:6). Jonás, juntamente con el Apóstol Pablo, aún espera el cumplimiento de Romanos 9-11, la salvación de todo Israel. 
 
Miqueas: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5:2). ¡Cumplido en Belén! “El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (7:19) ¡Cumplido en la cruz del Calvario! Esto lo hemos visto nosotros, pero Miqueas no. Lo cumplido nos anima a esperar lo porvenir.
 
Zacarías: “Vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos” (Zac. 14:5). La segunda venida. Esto es lo que nosotros esperamos con la paciencia que señaló Santiago.       
 

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