MÁS SOBRE LA SANTIFICACIÓN

 

“Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo. No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal” (1 Tes. 5:16-22).
 
Lectura: 1 Tes. 5:16-24.
 
La parte nuestra en nuestra santificación consiste en: Estar gozosos, orar siempre, dar gracias por todo, no apagar el fuego del Espíritu, recibir profecías, y aferrarnos a lo bueno y evitar toda clase de mal.
           
Y la parte de Dios es: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará” (5:23, 24). Dios nos santifica tanto en espíritu como en alma y cuerpo. Él es fiel y lo hará. Tenemos una lista de cosas que se nos dice que hagamos para ser santificados, luego nos dice que Dios lo hará, que Él nos santificará. Hacemos nuestra parte y Dios hace la suya, la parte profunda donde nosotros no llegamos.  
 
Lo que nos llama la atención es que la santificación consiste en tener un espíritu muy positivo, la persona anda orando y dando gracias, escuchando al Espíritu Santo y evitando todo mal. La santificación envuelve cuerpo, alma y espíritu. Tiene que ver con nuestra vida física: lo que hacemos, a dónde vamos, qué comemos, cómo nos vestimos, y cómo cuidamos de nuestro cuerpo. También entra nuestra vida emocional, nuestra alma: cómo nos sentimos, cómo reaccionamos, el estado de ánimo en el que estamos, nuestros sentimientos, deseos, emociones y expresiones. Y también involucra nuestra vida espiritual: nuestra relación con Dios, la recepción y obediencia a su Palabra, la percepción de la voz del Espíritu, la recepción de su suministro diario, la revelación de la Persona de Jesús que Él nos va dando, y la comprensión del carácter de Dios y su voluntad y nuestra vida de oración.
 
Repasando la lista, “el estar gozosos siempre” tiene que ver con nuestras emociones. “Orar continuamente” tiene que ver con nuestro espíritu, “dar gracias en todas las circunstancias” implica tanto las emociones, como el espíritu. “No apagar el fuego del Espíritu” evidentemente tiene que ver con nuestra vida espiritual. “No tratar las profecías con desprecio” tiene que ver con nuestra vida espiritual. “Evitar todo tipo de mal” que tenga que ver con nuestra vida física, nuestra vida emocional y nuestra vida espiritual. Por lo tanto, este pasaje es muy completo y lo envuelve todo. Tiene que ver con nuestra mente, nuestra vida física, nuestra vida emocional, nuestra vida de oración y nuestra vida espiritual. Y todo tiene que ver con la santificación: Dios “os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” Amén.

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