“Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía” (Marcos 9:38).
Lectura: Marcos 9:38-41.
¡Aquí hay un hombre que está sacando demonios en el Nombre de Jesús y los demonios se van! Efectivamente tiene el poder de Dios para hacerlo, porque el poder del diablo no saca fuera demonios (Mat. 12:22-27). Conozco a uno que hizo un poderosísimo milagro en el Nombre de Jesús y no era creyente aún. Fue a través de este milagro que se convirtió. A éste, Juan lo habría desanimado y lo habría alejado de Jesús. Y si la persona en nuestra historia hubiese estado dando de comer a los pobres en Nombre de Jesús, ¿se lo habría prohibido? ¿Y si hubiese estado sanando a los enfermos en Nombre de Jesús? ¿Por qué reaccionó tan fuerte con uno que estaba sacando demonios? ¿Cómo reaccionamos nosotros en estos casos?
Esta historia nos recuerda mucho el devocional de ayer cuando algo muy parecido ocurrió con Moisés. Sus amigos leales no querían que otros que no estaban con ellos profetizasen. En los dos casos sus amigos informaban, tanto a Moisés como a Jesús, de personas que usaban dones espirituales que no estaban con su grupo y pensaban que se lo iban a prohibir. En el caso de hoy Juan creía que hacía bien en prohibir a este hombre a echar fuera demonios porque no formaba parte del grupo que seguía a Jesús. “Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa” (9:39-41). Aquí hay muchas cosas que nos llaman la atención, empezando por la actitud de Juan. El que luego llegó a ser “el apóstol del amor” antes no era tan cariñoso con personas que estaban fuera de su círculo. ¡Cuánto cambio obró el Señor en él!
También nos llaman la atención varias cosas que dijo Jesús. No quería que nadie hablase mal de Él. Es importante que la gente hable bien de Jesús, porque así mantienen sus corazones abiertos para recibirlo, si todavía no lo conocen. También dijo Jesús: “El que no es contra nosotros, por nosotros es” (9:40). No necesariamente significa que esta persona fuese salva, pero iba por buen camino. Y dijo que cada persona que nos trata bien va a tener una recompensa. ¿Qué forma tendrá? La mejor recompensa será que por medio nuestro llegue a conocer al Señor Jesús, que Dios le abra su corazón a la verdad. Dios está mirando cómo nos trata la gente y cuando ve que nos trata bien porque somos de Jesús, lo va a recompensar.
El Señor Jesús no quiere que pongamos una piedra de tropiezo para nadie que haga milagros en su Nombre, ni para nadie que esté a favor de Él, ni a nadie que nos haga bien a nosotros porque somos de Jesús. O sea, hemos de tener cuidado para no ofender a simpatizantes, sino animarlos. Hay grupos que hacen milagros en el Nombre de Jesús que no son precisamente de nuestra denominación. Que los dejemos en paz. Que sigan haciéndolos. Y hay otros que nos respetan porque somos creyentes. Pues, Dios lo ve y los va a recompensar. Lo que no debemos hacer es crear separaciones con otros que no son exactamente como nosotros, sino que dejemos que sigan haciendo milagros y favores para nosotros. Y Dios les hará bien por el bien que ellos están haciendo. El Señor Jesús no quiere que prohibamos a los que están haciendo el bien, ni a los que están haciendo poderosos y llamativos milagros en su Nombre. Dios mismo es el que gobierna el uso de su poder.
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