¿QUÉ NECESITAS?

 

“Y se apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé” (1 Reyes 3:5).
 
Lectura: 1 Reyes 3:6-10.
 
            Todos conocemos la historia de la petición de Salomón al principio de su reinado. Lo que pidió al Señor fue de acuerdo con su necesidad para gobernar bien a su pueblo: “Ahora, pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?” (3:7-9). Dios le puso a Salomón por rey de Israel, y para ejecutar bien este encargo necesitaba inteligencia para gobernar y sabiduría para juzgar, y esto es lo que pidió al Señor. Nosotros no hemos sido puestos para gobernar al pueblo de Dios como lo fue Salomón. Nuestro llamado es diferente, y, por lo tanto, lo que hemos de pedir al Señor será diferente.
 
Entonces, dos preguntas personales: ¿Cuáles son las responsabilidades que Dios te ha dado? ¿Qué necesitas para llevarlas a cabo correctamente? Esto es lo que has de pedir a Dios. Por ejemplo, si eres madre de niños pequeños con el marido inconverso, habrás de pedir a Dios sabiduría e inteligencia para criar a estos niños en una sociedad alejada de Dios, sin el apoyo de un marido cristiano. Le preguntarás al Señor, ¿cuáles con los valores que tengo que enseñarles? ¿Qué hago si mi marido no concuerda conmigo? ¿Qué pasa si él permite cosas que yo no permito?  ¿Qué pasa si no quiere que los lleve a la iglesia? ¿Tengo que vivir como cristiana si mi marido no quiere? Tú, hermana, has sido llamada “a criarlos en disciplina y amonestación del Señor” (Ef. 6:4). Pide al Señor todo lo que necesitas para poder hacerlo bien, a pesar de lo que quiera tu marido. Dios va primero. Lee 1 Cor. 7:10-16 y ora de acuerdo con lo que entiendes de este pasaje.
 
Otro ejemplo: Tienes un trabajo secular que exige mucho tiempo. Te sientes apurada y te frustras porque no puedes llegar a todo. La Biblia dice que has de trabajar como para el Señor (Col. 3:17). Esto significa que has de cumplir con tu responsabilidad. Pero también tienes responsabilidades en casa. Entonces, has de preguntar al Señor cuáles son tus prioridades, cómo puedes hacer todo lo que has de hacer, qué cambios necesitas en tu vida. Pide al Señor entendimiento, fuerzas, y sabiduría para tomar buenas decisiones. Pídele que puedas dar buen testimonio en el trabajo sin sacrificar lo de tu casa, que es tu primera responsabilidad. Si tienes un ministerio en la iglesia, ¿qué habrás de pedir al Señor? Si es en la evangelización, que te conduzca a gente preparada. Si es en la escuela dominical, que te abra las Escrituras para ti misma y que te dé los dones necesarios para dar la clase: la capacidad de llegar a los niños, amor por ellos y la capacidad de mantener la disciplina en la clase. Ten la disciplina personal para preparar bien la clase. Sea lo que sea el encomendado que tienes del Señor, pide a Dios lo que necesitas para hacerlo bien.    
 
 

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