¡LA PALABRA PROPORCIONA TODO!

 

“La ley de Jehová es perfecta” (Salmo 19:7).

Lectura: Salmo 19:7-11.

            Todo lo que una persona podría desear se encuentra en la Palabra de Dios cuando la aplica a su vida. En la recepción de la Palabra hay: salvación, sabiduría, alegría, entendimiento, entereza, justicia, riqueza, dulzura, corrección y recompensa. ¿Qué más podría querer nadie? Vamos a mirar esta información:

  • Salvación: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma” (19:7). La ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gal. 3:24). La ley nos convence de pecado. Nos damos cuenta de que no somos capaces de cumplirla para salvarnos, así que recibimos la salvación a través de Cristo, no por medio del cumplimiento de la ley.
  • Sabiduría: “El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” (19:7). Obedecer la ley moral de Dios es lo que más ayuda nos va a dar en la vida. La rebeldía contra las normas de Dios es lo que destruye una vida.
  • Alegría: “Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón” (19:8). Lejos de amargar la vida, ¡acatar los mandamientos de Dios da alegría!
  • Entendimiento: “El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos” (19:8). Todo lo que necesitamos saber para llevar una vida correcta se encuentra en la Palabra de Dios.
  • Entereza: “El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre” (19:9). Una ley perfecta y eterna nos da estabilidad en la vida.
  • Justicia: “Los juicios de Jehová son verdad, todos justos” (19:9). La Palabra marca el camino de la justicia.
  • Riqueza: “Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado” (19:10). El conocimiento de Dios nos conduce a la verdadera riqueza, la riqueza que permanece para siempre. En cambio, el final de una vida vivida para intereses egoístas es amargo.
  • Dulzura: “Y dulces más que miel, y que la que destila del panal” (19:10). La espiritualidad no es dura y ardua, sino dulce y apetecible.
  • Corrección: “Tu siervo es además amonestado con ellos” (19:11). Todos necesitamos corrección. La Palabra de Dios nos da amonestación. Señala nuestros fallos y errores. Nos marca el camino de arrepentimiento y perdón, y nos encamina correctamente.
  • Recompensa: “En guardarlos hay grande galardón” (19:11). El premio que recibimos es conocer al Señor e ir por sus caminos, lo cual conduce a vida eterna. ¡No hay premio más alto!

La Biblia es un compendio de la revelación de Dios. La persona que se empapa de ella y pone por obra sus enseñanzas encuentra el camino de la salvación y todo lo que necesita saber y practicar para vivir una vida que agrada a Dios, y le proporciona satisfacción personal. “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos… sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Salmo 1:1-3).


 
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