¿INVALIDO LA PALABRA DE DIOS CON LA TRADICIÓN?

   

“Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres… Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición… invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido” (Marcos 7:8, 9, 13).

Lectura: Marcos 7:5-13.

            El contexto de nuestra pregunta inicial es la confrontación de los fariseos con Jesús, porque sus discípulos no habían cumplido la tradición de los ancianos del judaísmo. ¡Eran culpables de comer sin lavarse las manos! Esto invalidaba la tradición de los ancianos que enseñaba que había que lavarse varias veces antes de comer. Jesús defendió a sus discípulos acusando a los fariseos de algo mucho más serio. Ellos habían puesto la tradición por encima de la Palabra de Dios. Según la tradición se podía saltar las exigencias de las Escrituras con ciertas justificaciones. Una de ellas era que se podía dar una ofrenda a Dios en lugar de usar este dinero para atender a las necesidades de sus padres. La Ley de Dios decía: “Honra a tu padre y tu madre”; pero la tradición decía: Da dinero a Dios y esto te exime de atenderlos a ellos. Estos fariseos eran personas inteligentes, pero no entendían que sus razonamientos invalidaban la Palabra de Dios.

Antes de darnos prisa para condenarlos, deberíamos mirarnos a nosotros mismos. ¿En cuántas cosas hago yo lo mismo? Pienso en motivos por los cuales no hay que cumplir las enseñanzas de la Biblia. Anulo el mandamiento de Dios con algo que sustituyo en su lugar.  Vamos a poner unos ejemplos de este razonamiento:

  • Jesús dijo: “Sígueme”, pero nosotros decimos que no hace falta. Solo hace falta que seamos buenos evangélicos.
  • Jesús dijo: “Id, y haced discípulos a todas las naciones”, pero nosotros decimos: No hace falta que vayamos. Basta con predicar el evangelio en la iglesia.
  • La Biblia dice: “Padres, criad a los hijos en disciplina y amonestación del Señor”, pero nosotros decimos: “Basta con llevarlos a la escuela dominical”.
  • Jesús dijo: “Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto”; pero nosotros decimos: “Con que vayas a la iglesia, no hace falta que ores en casa”.
  • Jesús dijo: “Cuando ayunéis…”; nosotros decimos: “Esta costumbre era para aquel entonces. Es más, ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia”.
  • Jesús dijo: “No podéis servir a Dios y a las riquezas”; nosotros decimos: “Con que ponga dinero en la ofrenda, puedo hacer lo que quiera con el resto de mi dinero.”
  • La Ley dice: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”; pero nosotros decimos: “Basta con que alguien crea en Él”.
  • La Biblia dice: “No hay ninguna condenación para los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”; pero nosotros decimos que, si has aceptado a Jesús como tu Salvador, eres salvo no importa como vivas.
  • La Biblia dice: “Sin la santidad nadie verá al Señor”; pero nosotros decimos: “No hay nadie perfecto”, y, con este razonamiento, ya no hace falta que cumplamos las Escrituras.

La pregunta es: ¿Hemos montado una religión a nuestra manera, u obedecemos las Escrituras? Volvamos a leer el Sermón del Monte y ¡no digamos que es para los judíos!


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