EL AMOR Y LA VERDAD

 

“… sino que, hablando la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas en Aquel que es la cabeza: Cristo” (Ef. 4:15, BTX). “Mas bien, al vivir la verdad con amor, crecemos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo” (Ef. 4:15, NVI).
 
Lectura: Ef. 4:16-24.
 
La verdad es algo que crees, y el amor es algo que vives; las dos cosas en Dios concuerdan, y la vida de los que profesamos creer en Dios, también. Si dices que crees en Dios, amas a los hermanos y amas a todo el mundo. Tu vida es caracterizada por el amor. Amas hasta a tus enemigos. Si son malos de verdad, los amas con el amor de Dios. No les deseas ningún mal. Todo lo contrario, oras por ellos y pides que Dios los bendiga y que puedan venir al conocimiento de la verdad. El Señor dijo: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mat. 5:44). El sermón que tú predicas es el amor que muestras con tu vida. Esto habla más fuerte que las palabras.
 
Las relaciones que sostenemos con los demás están basadas en el amor y la verdad, hasta la relación con el marido y los hijos. No escondemos la verdad por amor a la relación. Esta sería una relación falsa. Tampoco echas la verdad en la cara del otro. Hemos de hablar la verdad con amor, y vivir la verdad (Ef. 4:15). Un matrimonio basado en esconder la verdad y tragar la mala conducta del otro por amor al amor, no practica el verdadero amor, y un día esta relación va a colapsar, porque la verdad y el amor son las dos columnas que sostienen las relaciones. Si no dices la verdad, no eres auténtica, y si no muestras (vives) el amor, no hay relación. Nadie quiere tener una relación con una persona que no lo ama.
 
Un matrimonio basado en esconder la verdad no prospera. Conocemos un hombre que vivía una vida doble, siempre amable con la mujer, pero sosteniendo relaciones con otras mujeres por detrás. Un día se descubrió, y la relación se quebrantó. Conocemos a otra mujer que no decía la verdad a su marido acerca de su maltrato a sus hijos. Ella aguantaba callada sufriendo. Esta relación es insostenible. Un día todo saldrá a la luz. Mejor pedir la sabiduría de Dios para saber dónde poner el límite, cuándo hay que decir las cosas, y cómo decirlas, que esperar hasta que todo explote. Como cristianos vivimos en el amor y la verdad.
 
 “El anciano (el apóstol Juan) a la señora elegida (una congregación) y a sus hijos (los miembros de esta iglesia), a quienes yo amo en la verdad” (2 Juan 1).
 
“Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre” (2 Juan 4).
 
“Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor (2 Juan 6).
 
            Así es como queremos vivir.

 

Copyright © 2023 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.