DESDE SU GLORIA VINO MI SALVADOR

 

“Oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quien irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí” (Is. 6: 8). “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1: 1, 2, 14). “Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Cor. 8:9).
 
Lectura: 1 Tes. 4:16, 17.
 
            El nacimiento de Jesús fue un adviento, fue una venida desde otra esfera y otros mundos al nuestro con el propósito expreso de morir por nosotros, por mí. Por esto me gusta este himno para Navidad, porque la Navidad es solo el primer movimiento en la gran sinfonía de Dios que se desarrolla con la Vida perfecta del Bebé que nació en Belén, su muerte expiatoria, su resurrección, su ascensión al Cielo otra vez, y su segunda venida en Gloria para culminar nuestra salvación, la Gran Orquestación de Dios.
 
Yo veo al Hijo de Dios vivir
Ejemplo de humildad,
Fragancia exhala su vida aquí,
Olor de santidad.
 
Coro:
Desde su gloria, mi Salvador
Vino a morir por mí.
Solo su amor, su eterno amor,
Pudo traerle aquí.
 
Yo veo al Hijo de Dios sufrir,
Veo en la cruz su amor,
Veo exprimirse en su muerte allí,
Su sangre y mi perdón.
 
Yo veo al Hijo de Dios subir
Al trono otra vez.
Me da su Espíritu y siento en mí
Su gracia y su poder.
 
Veré yo al Hijo de Dios venir
En gloria y gran poder;
Y cuando vea su rostro así,
Su imagen llevaré.
 
(Traducido del inglés por Enrique Turrall)

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