“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gal. 5:22-23).
 
Lectura: Gal. 5:19-25
 
¿Alguna vez te has preguntado cómo Dios puede tener gozo cuando el mundo está tan mal?  ¿De dónde viene su gozo?
 
            Gozo en una parte de su personalidad. No es una cosa que Él consigue. Es una parte permanente de su naturaleza. Sus humores no van fluctuando según lo que va viendo.
 
            Dios está lleno del Espíritu Santo, ¡porque el Espíritu Santo es el Espíritu de Dios!, y parte integrante del fruto del Espíritu es el gozo. Estando lleno del Espíritu Santo, Dios tiene, y es, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza:
 
Amor. “Dios es amor” (1 Juan 4:8).
Gozo. “El gozo del Señor es nuestra fortaleza” (Neh. 8:10).
Paz. “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil. 4:8).
Paciencia. “Tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia” (Jonás 4:2).
Benignidad. “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y ser vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos” (Lucas 6:35).
Bondad. “Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar toda mi bondad delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti” (Ex. 33:18-19).
Fe. “Grande es tu fidelidad” (Lam. 3:23).
Mansedumbre. “Soy manso y humilde de corazón” (Mat. 11:29).
Templanza. “porque…  nos ha dado Dios Espíritu… de dominio propio” (2 Tim 1:7).
 
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            Cuando estamos tristes por las circunstancias que nos rodean, hemos de apartarnos y buscar a Dios, no para contarle nuestra pena, porque ya lo sabe, sino, más bien, para entrar en su presencia, para centrarnos en Él, para llenarnos de Él de nuevo, porque llenándonos de Dios, nos llenamos del Espíritu Santo, y una parte del fruto del Espíritu, es el gozo. Así entramos en el gozo de Dios.

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