“He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra” (Jeremías 23:5, 6).
Lectura: Jer. 23:1-6.
¡Qué exacta es esta profecía de Jesús! Aquí Dios está denunciando a los malos pastores de Israel que dispersan a las ovejas, las espantan, las dejan perdidas y vulnerables. En este contexto, Dios piensa en el Pastor que Él va a enviar a su pueblo y muestra su contentamiento con Él. En solo dos versículos tenemos una revelación perfecta de la identidad, misión y carácter del pastor que Dios envió.
Su identidad:
Es el hijo de David: “Levantaré a David renuevo justo”. “Saldrá una vara del tronco de Isaí, un vástago retoñará de sus raíces” (Is. 11:1).
Es el Salvador: “en sus días será salvo Judá”.
Es Dios: “y este será su nombre: Jehová, justicia nuestra”, es el hijo de David y, a la vez, el Hijo de Dios (Lu. 1:32, 33).
Es Rey: “reinará como Rey”: “Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre” (Lucas 1:32, 33).
Es Juez: “Hará juicio y justicia en la tierra”: “Porque el Padre a nadie juzgará, sino que todo el juicio dio al Hijo” (Juan 5:22).
Su misión:
Salvará a su pueblo: “En sus días será salvo Judá”. “Llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mat. 1:21).
Justificará a los que salva. Les dará su propia justicia: “Al que no conoció pecado, por nosotros (Dios) lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Cor. 5:21).
Dará seguridad, la seguridad de su salvación: “Israel habitará confiado”. Jesús enviará su Espíritu el cual da la seguridad de la salvación y guarda a los salvos para que no se pierda ni uno de ellos: “Cuando estaba con ellos en el mundo yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió” (Juan 17:12.
Traerá justicia y juzgará: “Hará juicio y justicia en la tierra”. A los que no quieren su salvación y su justicia, los juzgará y los condenará como injustos. En la cruz Jesús asumió nuestro pecado y nos dio su justicia. El Día del Juicio y de la condenación es aún futuro para los que lo rechazan, pero para los salvos, Él ya fue juzgado en nuestro lugar en la Cruz del Calvario.
Su carácter:
Justo: “Levantaré a David renuevo justo”: “Ningún delito hallo en este hombre” (Lu. 23:4).
Dichoso: “Me deleita hacer tu voluntad, oh Dios mío” (Salmo 40:8, KJV).
Este Hombre justo, que tanto se deleitó en hacer la voluntad de Dios, es nuestro amado Salvador y Rey.
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