“Las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:8, 9,10, 13).
Lectura: 1 Cor. 13:11-13.
Un día nos encontraremos en el Cielo con el Señor donde todo será perfecto. Ya no tendremos más sufrimiento, pero tampoco tendremos más oportunidades para hacer ciertas cosas hermosas que solo se pueden hacer aquí en la tierra, cosas como:
- Visitar a enfermos en hospitales
- Atender a alguien que está enfermo
- Asistir a entierros y consolar a los dolidos
- Enviar donativos a misioneros
- Aconsejar a personas con problemas
- Ejercitar la paciencia con una persona que te molesta
- Perdonar a alguien que te ha ofendido
- Orar por la conversión de familiares
- Confiar en Dios en medio de una prueba que dura años
- Seguir creyendo en Dios cuando todo va mal
- Ayunar, velar y orar
- Creer que Dios va a suplir los recursos que necesitas
- Estar al lado de una amiga en situaciones duras
- Tener una mañana de oración con una amiga
- Dar ropa o comida a los pobres
- Orar por iglesias que están sufriendo persecución
- Ser fiel al Señor cuando puede costar tu vida
- Creer que Dios puede hacer lo imposible
- Cambiar pañales
- Pasar noches oscuras con el Señor
- Esperar un milagro
- Dar testimonio de tu fe a un inconverso
- Adquirir nuevas virtudes
- Dar ánimos al corazón desfallecido
- Dar gracias por lo poco
- Subir montañas por la fe en Dios
- Dar tu vida por amor al Señor
- Buscar la dirección de Dios
- Correr el riesgo de encarcelamiento por predicar el evangelio
- Someterte a injusticias por amor a su Nombre
- Agradar al Señor por tu conducta en situaciones difíciles
- Tratar bien a tus enemigos
- Trabajar en la conservación de la naturaleza
- Llorar con los que lloran
- Caminar con el Señor en la noche oscura
¡Cuántas cosas forman una parte de nuestra vida ahora que no se darán cuando ya estemos con Él! Se acabará el vivir por fe. Se acabará la esperanza, porque lo añorado será realidad. Se acabará el trabajar nuestro carácter, porque será ya perfecto. Vamos, pues, a aprovechar todas las oportunidades de hacer el bien que solo se pueden hacer aquí y de aprender del Señor lo que solo se puede aprender en medio de mucho sufrimiento. ¡Alabado sea Dios por lo hermoso de esta vida!
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