“Marta se preocupaba con muchos quehaceres… Jesús le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria” (Lucas 10:40-42).
 
Lectura: Lucas 10:40-42.
 
            La cercanía de Jesús es maravillosa. Conoce nuestros pensamientos, anticipa nuestras preocupaciones con una palabra de consuelo antes de empezar el día y ponernos a correr. Es hermoso cuando nos despierta con una palabra para marcar el tono del día.
 
Se presenta un día muy ocupado. Hay muchísimo que hacer. Las responsabilidades son más que las horas en el día. Nos puede invadir una sensación de pánico. ¿Cómo puedo hacer todo lo que tengo que hacer? Ante este panorama, el Señor nos despierta con una palabra: “Sólo una cosa es necesaria”. Si no tenemos tiempo para hacer el resto, no importa. La única cosa imprescindible es ponernos delante del Señor, darle amor y adoración, escucharlo, y estar por Él. Lo hacemos. Así entramos en la onda de Dios donde vamos a vivir, sintonizadas con Él, el resto del día. Habiendo estado delante del Señor ya tenemos hecha la única cosa que era imprescindible hacer en el día de hoy. ¡Lo demás que llevemos a cabo será por añadidura! ¡Qué bueno tener la única cosa necesaria ya hecha desde muy pronto por la mañana! ¡Qué bueno cuando el Señor te diga: “¡Solo una cosa es necesaria, y tú has escogido la buena parte, la cual no te será quitada”!
 
  
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