“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen. Y yo les doy vida eterna” (Juan 10:27, 28).
Lectura: Juan 10:1-6.
En este foro hemos hablado de varias disciplinas espirituales. Son cosas que practicamos para ayudarnos a crecer espiritualmente, como puede ser el uso de un himnario para cantar al Señor en tu tiempo devocional, como participar en un grupo de oración, o como incorporarte a la narrativa bíblica que estás estudiando y vivir lo que están viviendo los que salen en la historia, usando tu imaginación y la dirección del Señor. Pues, la disciplina que voy a explicar ahora me la presentó un amigo el domingo pasado en la iglesia. Es un hermano que conoció al Señor en la cárcel hace muchos años. Ahora él y su esposa están sirviendo a Dios como misioneros en un país africano, trabajando con mujeres maltratadas, abandonadas o viudas para enseñarles un oficio para que puedan trabajar y mantener a sus familias.
El hermano que presentó esta disciplina dijo que lleva mucho tiempo practicándola y que le hace mucho bien. Lo recomienda con mucho entusiasmo. Yo puedo decir lo mismo. Es vital oír la voz del Señor. Nos pone las pilas para todo el día. Él compartió que por un tiempo dejó de practicarla y acusó la falta de vitalidad en su vida, pero cuando volvió a ella, volvió a experimentar el gozo de escuchar la voz del Señor hablándole personalmente. Esta práctica ha aportado mucho crecimiento espiritual a su vida y quería compartirlo con nosotros. Consiste en lo siguiente:
- Te pones a alabar a Dios y adorarlo. Por este medio entras en su presencia, pues Dios habita en medio de las alabanzas de su pueblo: “Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel” (Salmo 22:3).
- Atento al Señor le dices: “Heme aquí. Aquí estoy. Háblame”: “Habla porque tu siervo oye” (1 Samuel 3:10).
- Deja ir tu pensamiento. Al principio la mente no distingue bien entre tus pensamientos y la voz del Señor, pero con la práctica verás que Dios te hablará más que tu propia imaginación (Is. 50:4, 5).
- Escribe lo que el Señor te dice en un cuaderno. Dios te hablará de cosas precisas. Desarrollarás otro nivel de comunicación con Él. Dios irá dándote cada vez más. Dios fluye y te levantará a otros niveles. Te dará revelaciones. Empieza esta disciplina y desarrolla esta técnica.
Es de suma importancia estar cerca de Dios en los tiempos en que vivimos porque las tinieblas van en aumento hasta el punto en que los mismos escogidos pueden ser engañados, si fuese posible. Hay que ir a niveles más profundos con el Señor, porque el enemigo está activo, y necesitamos más de Dios. Necesitamos oír su voz. La noche avanza y necesitamos cada vez más contacto con Dios: “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová” (Jer. 29:13, 14). Esta disciplina espiritual nos ayuda mucho a estar cerca del Señor. Cuando oímos su voz, aunque sea para oír algo que hemos sabido desde hace muchos años, refresca nuestro espíritu y nos revitaliza. Pruébala.
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