PERCEPCIÓN DE JESÚS

“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habían crucificado al Señor de la gloria” (1Corintos: 2:6-8).
 
Lectura: 1 Cor. 1:18-21.
 
            El escritor de este himno tiene un profundo entendimiento del propósito y de la necesidad de la encarnación. Adán cayó como hombre ante la sagacidad del diablo. Fue necesario, entonces, que Jesús venciese al diablo como hombre por la sabiduría de Dios.
 
Alabanzas al Santísimo en las alturas, y en las profundidades sea su alabanza;
En todas sus palabras magnífico, acertadísimo en todos sus caminos.
 
¡Oh, amorosa sabiduría de nuestro Dios! Cuando todo fue pecado y ruina,
Un segundo Adán entró en la lucha, y vino al rescate.
 
¡Oh, amor más sabio! que la carne y sangre que falló en Adán,
Pudiese luchar otra vez en contra del enemigo; luchar y prevalecer;
 
Y que un Don más sublime que la gracia pudiese carne y sangre refinar,
La presencia de Dios y su mismo ser y su esencia todo divino.
 
¡Oh, generoso amor!, que el que hirió al enemigo como Hombre para la humanidad,
Sufriese la agonía doble como Hombre para la humanidad.     
 
Y en el huerto en secreto, y alzado en la Cruz a plena vista,
Pudiese enseñar a sus hermanos, e inspirarlos a sufrir y a morir.
 
Alabanzas al Altísimo en las alturas, y en las profundidades sea alabanza;
En todas sus palabras magnífico, y acertadísimo en todos sus caminos.
 
                                                                       John Henry Newman, 1801-90
 
“Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y los soportáis? Mas si haciendo lo buen sufrís, y los soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:20, 21).
 
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Cor. 1:18). Por medio de esta sabiduría hemos sido salvos, por la locura de la Cruz donde se manifestó la brillante e inigualable sabiduría de Dios.

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