LA FE EN DIOS

“He aquí, aunque él me matare, en él esperaré” (Job 13:15).
“Aunque me mate, todavía confiaré en él” (Job 15:15, KJV).
Por medio de las experiencias de la vida, el Señor está forjando en nosotros una fe a prueba de bomba. Llegaremos al punto de poder seguir confiando en Dios a pesar de todo lo que parece contradecir su amor, sea lo que sea. Esto es tener una fe madura. El antiguo himno versa sobre ello. Uno se pregunta qué habrá pasado su autor para poder decir esto:
Aunque me mates, confiaré,
Tú eres Dios, yo polvo soy;
Aunque te entristezco, Tu gracia probaré,
Desprovisto yo de amor, eres Tú amor.
Aunque parece que te alejas,
Más cerca de Ti permaneceré;
Aunque tu silencio me duela,
Más aún Te seguiré.
Aunque no vea tu rostro,
Bien sé que mira hacia mí;
Aunque las nubes oculten su luz,
Bien sé que brilla su gloria.
Aunque a los niños el pan sea negado,
Todavía permanezco a tu lado;
Aunque su plenitud me niegues,
Todavía tendré las migajas.
Cualquier tristeza puedo soportar,
Salvo la de la desesperación;
Puedo renunciar a lo que pides,
Salvo el deleite de ser Tuyo.

Nada que vean mis ojos
Estorbarán mi fe en Ti;
El amor bien puede esperar,
Hasta que le plazca a su Señor.
John S. B. Monsell, 1811-75