“Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras que de él decía” (Lucas 24:27).
José Hutter, en las conferencias de Carballiño, Orense, enseñó acerca las visitas del Hijo de Dios en forma del “Ángel del Señor” en algunos relatos señalados del Antiguo Testamento. Su existencia es eterna. No vino por primera vez cuando se encarnó en forma de hombre en Belén. Aquí compartimos algunos botones de muestra.
Gen. 3:8. Tenemos a Dios paseando con Adán y Eva en el huerto de Edén. Ellos se escondieron de Él cuando pecaron porque su presencia era física, visible. No se habrían escondido de un espíritu. Venía en forma de hombre, y este Hombre es la segunda Persona de la Trinidad, el eterno Hijo de Dios. Venía para estar con el hombre y la mujer que había creado.
Gen. 16:7-14. De Agar se nos dice: “Y la halló el Ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto”. El Ángel de Jehová le habla en primera persona: “Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada”. Ella está delante de una Persona visible que le ve, y llama el nombre del pozo: “Pozo del Viviente-que-me-ve”.
Gen. 18:1. Apareció a Abraham: “Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre”. Puesto que viene acompañado por dos ángeles, en este pasaje no se le refiere a Él como “el Ángel del Señor” para evitar confusión, sino como Jehová.
Gen. 22:10-18. “Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió; Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único…Y llamó el ángel de Jehová a Abraham la segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusando tu hijo…”. En este pasaje vemos que el Ángel de Jehová es Dios y es Jehová.
Gen. 32:22-30. “Así se quedó Jacob solo y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”. Jacob se dio cuenta de que había estado luchando con un Ser divino cuya misma presencia le podría haber fulminado, y que solo fue por su gracia que no murió.
Éxodo 23:20, 21. El Ángel del Señor estuvo guiando a Israel por el desierto durante 40 años: “He aquí yo envió mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”. El Nombre de Dios representa su misma Persona.
Josué 5:14. “Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo”. Este pasaje habla por sí solo.