LA FE DE ABRAHAM 

“Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, se fe le es contado por justicia” (Romanos 4:3-5).
Lectura: Romanos 4:4:1-9
En el ejemplo de Abraham hemos visto que la fe conlleva una obediencia costosa. Es oír la llamada de Dios y salir de este mundo, desasociarnos de él, quedando ridículo ante los ojos de este mundo, para ir al desconocido, confiando en la veracidad de Dios y en su capacidad de hacer lo imposible, con la convicción que Dios puede levantar a los muertos y dar vida al que no la tiene. Es conocer a Dios, amarle sobre todas las cosas y relacionarnos con Él. La finalidad no es perfección, sino relación: llegar a ser el amigo de Dios (Santiago 2:23).
Tener fe significa amar a Dios más que la persona o la cosa a la que más amamos. Lo que más amo no puede ser un estorbo en mi amor para Dios. Solo cuando he colocado a Dios en primer lugar, en una decisión difícil, puede dejar de ser aquella cosa o persona un estorbo a mi vida con el Señor (Gen. 22).
Dios ya tiene ángeles que son perfectos. Lo que quiere tener con el hombre es una relación con un ser que no es perfecto, sino obediente, capaz de pecar y rodeado de tentaciones, pero que sale del otro lado de la tentación victorioso porque ama a Dios más que al pecado. Jesús nos enseñó a orar: “No nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (Lu. 11:4), porque la tentación es el material de que está hecha la vida. Abraham fue tentado a seguir la sugerencia de su esposa para alcanzar el fin deseado al igual que Adán. Ambos fallaron, y en cada caso el resultado fue nefasto. El mundo ha sufrido en consecuencia. Adán tuvo que dejar el huerto de Edén y Abraham tuvo que enviar fuera a Ismael. No obstante, Dios no rompió la relación con Abraham debido a ello, sino que tomó la responsabilidad del remedio sobre sí mismo.
Preguntas: ¿Qué del sacrificio para el pecado? ¿Cómo entra Jesús en la ecuación? ¿Abraham fue salvo por su obediencia o su fe? Las dos cosas, fe y obediencia, vienen a ser lo mismo como demuestra la vida de Abraham. Abraham obedeció por fe. Siempre estaba edificando altares por el pecado; el más conocido fue el en que Dios proveyó un carnero para el sacrificio en lugar de su hijo, cosa que Dios no hizo en su propio caso. “Mas el que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia, como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos” (v. 5-7).
Una vida de fe es el resultado de la salvación por medio de la fe. ¿Cuándo fue salvo Abraham? “Por la fe Abraham obedeció para salir al lugar que…” (Heb. 11:8). Fue salvo cuando primero creyó, y es allí donde empezó la relación. ¡No fue salvo por creer en la justificación por la fe! ¡Nunca había oído hablar de ella! Simplemente creyó. Ser salvo es conocer a Dios: “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti,…” (Juan 17:3). La condenación es no conocerle: “Apartaos de mí porque nunca os conocí” (Mat. 7:23). La salvación comienza con la fe y conduce a toda una vida de fe, creciendo en el conocimiento, personal, de Dios.