¿POR QUÉ NO VINISTE?

“Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba” (Juan 11:5-6).

Lectura: Juan 11:1-37.

     ¡Qué incongruencia más grande! ¿O es una revelación divina? El Señor amaba a Marta, a María y a Lázaro, por lo tanto, no acudió cuando se lo pidieron. ¿Qué clase de amor es éste? Uno muy difícil de entender. Lo normal sería que si Jesús amaba mucho a esta familia, cuando se enteró de que Lázaro estaba gravemente enfermo, fuera corriendo. Así pensamos nosotros, y así sufrimos, porque no podemos entender cómo el amor puede demorar. Pensamos: “Dios me ama, yo le pido, por lo tanto, me tiene que contestar enseguida”. Así piensan los niños. Son famosos por su impaciencia. Piden algo de sus padres y lo quieren inmediatamente, y si los padres los hacen esperar, berrean. ¡Cuánto los entendemos! Hacemos lo mismo con Dios.

     Aquí el Señor nos está contestando a una pregunta que le habremos hecho muchas veces: “Señor, ¿por qué has tardado tanto en contestar mis oraciones?”.  Y la respuesta de Dios que va directamente a nuestro corazón es: “Porque te amo”.

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