EL REPOSO DE DIOS (1)

    

“Temamos, pues, no sea que, permaneciendo aun la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado” (Hebreos 4:1).

Lectura: Heb. 4:2-9.

¿A qué reposo se refiere? Ya hemos escrito acerca del tema de este libro de Hebreos y la organización del mismo. En este contexto hemos de hacernos la pregunta de ¿a qué reposo se refiere? ¿Cuál es el tema del libro de Hebreos? El peligro de abandonar la fe en Cristo y volver al judaísmo. Hebreos está organizado entre secciones de la superioridad de Cristo al judaísmo, intercalado con secciones que constituyen grandes advertencias de las consecuencias de abandonar la fe. Entonces, a la vista de esto, el reposo es la seguridad de la salvación en Cristo. Este capítulo es una advertencia del peligro de no conseguir la salvación.

¿Cómo puedes dejar de entrar en el reposo? Lo explica el autor: “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” (4:2). El evangelio de la salvación en Cristo fue predicado, pero algunos no entraron en el reposo por no creer el Evangelio. Si no recibes con fe el mensaje de salvación, no te salvas y no tienes ninguna seguridad de salvación, sino una incertidumbre acerca de tu salvación. Crees que tu salvación depende de tus obras y sigues haciendo obras para salvarte, pero esto no da descanso, ¡porque no has dejado de trabajar para salvarte! ¿Qué dice la Biblia al respecto? Cuando dejas de trabajar, descansas. Es lo que Dios hizo. Cuando Él dejó de trabajar en la Creación se sentó y descansó: “Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día” (4:4). Reposó porque la obra de la Creación estaba hecha. La aplicación a nosotros sigue: “Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de la suyas” (4:10).

¿De qué obras reposamos? De hacer buenas obras para salvarnos. De cumplir con todos los requisitos de nuestra religión para conseguir la salvación. Si tú estas intentando ser la mejor madre, el mejor empleado de tu firma, el mejor miembro de tu iglesia, y la mejor persona posible para salvarte, esto quita el sueño. Nunca da descanso. Nunca da la sensación de que has hecho lo suficiente. Pero hay buenas nuevas para ti: no hace falta hacer buenas obras para salvarte, porque Jesús completó la obra de salvación para ti, y para todo el que pone su fe en su obra de redención ya acabada. Se entra en el reposo por la fe y se deja de entrar por la desobediencia: “Procuramos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia” (4:11). La fe conduce a la obediencia y la falta de fe conduce a la desobediencia. La fe es invisible, la obediencia es la fe hecha visible.

Una vez que sabemos que somossalvos por la obra de Jesús, descansamos de nuestros esfuerzos para salvarnos, el Espíritu Santo da fe de que somos salvos (Rom. 8:16), y pone una canción en nuestro corazón:

Grata certeza, soy de Jesús, hecho heredero de eterna salud,
Su sangre pudo mi alma salvar de pena eterna y darme la paz.
Esta es mi historia y es mi canción, gloria a Jesús por su salvación,
Aun para mí fue su redención: ¡Bendita historia, bella canción!

 

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