“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y vinimos a adorarle” (Mateo 2:1, 2).
Lectura: Mateo 2:3-9.
Puesto que hoy es un día de diversión para los niños, vamos a hacer un pequeño juego para saber cuánto sabes de lo que dice la Biblia de esta historia. Verdadero o falso:
- ¿Jesús nació en el año 1 d. C.?
- ¿Los magos eren reyes?
- ¿Los magos procedían de tres países diferentes?
- ¿Los magos eren de tres razas diferentes?
- ¿Había tres magos con sus tres pajes?
- ¿La estrella los condujo desde su país de origen hasta el palacio de Herodes?
- ¿Los magos coincidieron con los pastores en el establo, llegando un poco después?
- ¿Los magos adoraron al niño Jesús cuando llegaron al establo?
- ¿La estrella arrojó su luz sobre el establo?
- ¿El niño Jesús sabía cómo se llamaban los magos?
La historia de los magos es tan emocionante como hermosa. Muchas cosas milagrosas ocurrieron alrededor del nacimiento de Jesús, y después ninguna hasta que no tuvo 30 años. ¡Qué espera más larga!
Los magos habrían tardado entre unos cuantos meses y un año para llegar a donde estaba el Niño Jesús, cosa que explica el orden de Herodes de matar a todos los niños de Belén de dos años para abajo (2:16); quiso dar un poco de margen para asegurarse de su muerte. Cuando los magos llegaron, el niño ya no era un bebé, y vivía en una casa (2:11). ¡José no estableció el lugar de residencia de su familia en el establo!
Herodes era un hombre paranoico que temía por su trono y había matado a familiares para asegurar su permanencia sobre él. No es de sorprender que quisiera matar al recién nacido que se llamaba con el mismo título que ostentaba Herodes: ¡“el rey de los judíos”! Los magos fueron al palacio de Herodes, no porque la estrella los hubiera llevado por mal camino, sino porque la estrella desapareció de su vista después de aparecer en su país y no volvió a aparecer hasta que salieron del palacio de Herodes (2:9, 10) para conducirlos en el último tramo de su viaje hasta Jesús.
También ha sido comentado muchas veces que los magos supieron que el Mesías tenía que nacer en Belén por las Escrituras cuando se consultó a “los principales sacerdotes y los escribas del pueblo” (2:4), pero que estos conocedores de la Palabra de Dios no se interesaron por ir a ver al Niño; sólo se interesó Herodes que quería matarlo. Si alguien busca a Jesús hoy día para adorarlo, el lugar para encontrarlo no es el establo, sino la cruz, y contempla con fe al que está muriendo para expiar el pecado de cada uno de nosotros. La cruz es el confesionario donde se recibe el perdón de pecados y la vida eterna que Jesús vino a darnos. Él mismo dijo: “He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
(Así que, la respuesta a todas las preguntas anteriores es “No”).
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