“… a la medida que comprendes y vives todo lo bueno que tenemos en Cristo” (Filemón 6, NTV).

Lectura: Filemón 1:4-7. 

Estos son días de ir dando y recibiendo felicitaciones para un nuevo año. Como cristianos nos gusta añadir la colita “en el Señor” a nuestro: “Feliz año nuevo”, porque reconocemos que fuera de Él no hay felicidad duradera, pero en Él hay mucha. Estamos diciendo: “Qué vayas recibiendo todos los beneficios que acompañan el estar “en Cristo”. Vamos a desglosar lo que abarca nuestro saludo, “Feliz año nuevo en el Señor”. En Él tenemos:

• El perdón de pecados: “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” (Apoc. 1:5).
• La promesa de vida eterna: “Y esta es la vida eterna; que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).
• El amor de Dios: “Que seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento” (Ef. 3:18, 19).
• La presencia del Espíritu Santo: “Y yo os rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:16).
• La paz de Dios: “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14: 27).
• La gracia de Dios: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfecciones, afirme, fortalezca y establezca” (1 Pedro 5: 10).
• La dirección del Espíritu Santo: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Rom. 8:14).
• La fuerza de Dios: “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Is. 40:29).
• La comunión del Espíritu Santo: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Cor. 13:14).
• La revelación de la verdad de Dios: “Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él” (Ef. 1:17).
• La provisión de nuestras necesidades: “Mi Dios, pues, suplirá lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil. 4:19).
• Entendimiento espiritual: “Mi oración para vosotros es que reboséis más y más con amor para otros, y, a la vez, sigáis creciendo en conocimiento espiritual y discernimiento” (Fil 1:9, TLB).
• La comunión con otros creyentes: “Hermano, tu amor me ha dado mucha alegría y consuelo, porque muchas veces tu bondad reanimó el corazón del pueblo de Dios” (Filemón 1:7, NTV).
• El consuelo de Dios: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación” (2 Cor. 1:3, 4).
• Esperanza eterna: “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (Lucas 12:32).

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