“Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Creído en el mundo, Recibido en gloria” (1 Timoteo 3:16).
Lectura: 1 Tim. 3:14-16.
En este himno de la iglesia naciente tenemos su confesión de fe y lo que es esencial que todos los que profesan fe en el Señor Jesús crean. Continuamos con estos seis puntos:
“Fue creído en el mundo”. El punto anterior fue que Él “fue proclamado entre los gentiles”, y en esto vemos que no solamente fue proclamado como el Salvador, sino que también fue creído como tal. El mundo recibió su Salvador, es decir, la Iglesia, los que abrieron sus corazones y aceptaron la salvación que el eterno Hijo de Dios vino al mundo a brindar. Al principio lo que fue una prohibición de extender el evangelio al mundo gentil (Mateo 10:5, 6), fue cambiado a un mandato a predicar a Jesús al mundo entero. ¿Por qué la prohibición y por qué el cambio? Jesús es el Mesías de Israel anunciado en sus Escrituras y profetizado por sus profetas. Siempre ha habido prosélitos de otros países, pero en principio el Mesías es el Salvador de Israel. Sin embargo, cuando Israel lo rechazo, la oferta de salvación fue hecha extensiva al mundo entero, como Dios siempre había planeado: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron, mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, le dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11, 12). Jesús vino al mundo y llevó a cabo su misión con éxito.
“Fue recibido arriba en gloria”. El Señor Jesús vivió una vida perfecta, murió, resucitó, ascendió y “fue recibido arriba” (Hechos 1:2). Los discípulos lo vieron ascender, pero no vieron la recepción que recibió cuando entró en la corte celestial y se presentó victorioso delante del Padre. Esto nos está revelado con estas palabras. El Hijo amado vuelve a casa: “Su hijo fue arrebatado hacia Dios y hasta su trono… Por tanto, ¡regocijaos cielos, y los que moráis en ellos!” (Apoc. 12:5, 12).
Estos, pues, son los seis puntos de fe que subscribe todo creyente: El eterno Hijo de Dios se encarnó y fue manifestado en carne humano; el Espíritu Santo dio testimonio de quien era; los ángeles de Dios estuvieron presentes en todas las fases importantes es su vida y también dieron testimonio de Él; el Evangelio de Jesús fue proclamado entre los gentiles; los que creyeron en Él constituyeron el pueblo de Dios en el mundo entero; y habiendo terminado su obra y encomendado la proclamación de su salvación a todos los pueblos, Jesús ascendió al cielo y fue recibido arriba en gloria.
El autor de este comentario concluye su exposición diciendo: “¡Qué pena que durante muchos siglos la Iglesia se haya enzarzado en inútiles debates sobre cuestiones cristológicas para las cuales la Palabra no da una respuesta segura, y no haya reconocido que las cosas reveladas son para nosotros, pero que las cosas secretas pertenecen al Señor!” (Deuteronomio 29:29). Todo lo “discutible” lo sabremos con toda claridad cuando estemos ya con el Señor, pero mientras tanto, lo que nos ha sido revelado es lo “indiscutible”, lo vital, y esto es lo que nos une a todos los creyentes en el Señor Jesús a través del mundo entero. A Él sea la gloria para siempre. Amén.
Copyright © 2023 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.