“Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor” (Romanos 16:12).
Lectura: Rom. 16: 12-17.
Probablemente Trifena y Trifosa eran hermanas, posiblemente gemelas, a las cuales era habitual darles nombres derivados de la misma raíz. Los dos nombres se han encontrado en inscripciones en conexión con la familia real. Pérsida significa mujer persa y se encuentra en inscripciones latinas y griegas en Roma y en otros lugares como nombre de esclava o liberta, pero no en conexión con la familia real. Esta referencia es otro ejemplo de cómo Pablo llegaba a todas las esferas de la sociedad con el Evangelio, a todas las nacionalidades y tanto a hombres como a mujeres. El Evangelio es para todos, creando una nueva clase de hombre.
“Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía” (16:13). El comentario de F. F. Bruce dice que en Marcos 15:21 sale un Rufo como uno de los dos hijos de Simón de Cirene. Marcos que, según la tradición del siglo II, escribió su evangelio para los cristianos en Roma, dice que el Simón al que se refiere es el padre de Alexander y Rufo. Por tanto, había un Rufo bien conocido en Roma alrededor del año 60 a. C. “Escogido” también significa “selecto”. ¿Cuándo llegó su madre a ser una madre para Pablo? Tal vez cuando Bernabé trajo a Pablo desde Tarso para trabajar en el ministerio con él en Antioquía. Simón, llamado Níger de apodo (de piel oscura) que era uno de los maestros de la iglesia en Antioquía (Hechos 13:1), ha sido identificado con el Simón de Cirene. Si Pablo se hospedó con él, podemos imaginar que la esposa de Simón lo atendió como una madre.
“Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos” (16:14). El nombre Probas, abreviado de Patrobius, fue el nombre de un rico hombre liberto de Nerón. El Patrobas de Pablo en toda probabilidad fue un dependiente de este poderoso hombre liberto. Hermes fue el nombre del dios de la suerte, un nombre muy común para los esclavos.
“Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y su hermana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos” (16:15). Lo más probable es que Filólogo y Julia fuesen marido y mujer. El nombre Julia sugiere alguna asociación con la casa imperial, como también el nombre de Filólogo. Una tradición del siglo IV asocia a Nereo con Flavia Domitila, una mujer creyente de la casa imperial quien fue exiliada a la isla de Pandataria por su tío Domiciano en el año 95 a. C., pero puesta en libertad después de su muerte. Su nombre está perpetuado en el “Cementerio de Domitila”.
Dado que no figura el nombre de Pedro en la lista, se supone que no estaba en Roma en aquel tiempo. Todos estos detalles aportan una nota de autenticidad histórica a los nombres de la lista de Pablo. Eran personas de carne y sangre, amados por el apóstol. Lo que nos impresiona es la cantidad de amigos entrañables que llenaban la vida de Pablo, conocidos por nombre, personas que él había llevado al Señor, hermanos con los cuales él había trabajado en la obra, viajado en circunstancias peligrosas, evangelizado, pasado tiempo con ellos en prisiones, gozado de la hospitalidad de sus casas, con los cuales había compartido momentos duros de persecución en una comunión profunda e inolvidable. Tales son los lazos que se forman en el Señor, cosa totalmente desconocida para la gente del mundo. Somos una raza aparte, una nueva creación en Cristo, unidos para siempre por la sangre de su Cruz.
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