“Salud a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo” (Romanos 16:7.).
Lectura: Rom. 16:7-11.
A Andrónico y a Junias. Una lectura superficial de este texto nos dice que Pablo tenía familiares que eran creyentes comprometidos que pagaron el precio de ser fieles a Cristo al sufrir encarcelamientos. Esto le habría dado muchos puntos de unión con estos hermanos: eran familiares, habrían sufrido por Cristo y eran amigos de los apóstoles. Es más, llevarían más tiempo convertidos que el apóstol; así que serían creyentes maduros. Estar encarcelados juntos une como pocas cosas unen. Sufrir juntamente con un hermano significa compartir juntos la fe, el dolor, la injusticia, y el consuelo de Cristo. Eran un regalo de Dios para Pablo.
“Saludad a Amplias, amado mío en el Señor” (16:8). El nombre era común en inscripciones romanas del período, y se encuentra repetidas veces entre los miembros de la familia imperial. Miembros cristianos de esta rama de la familia están enterrados en uno de los cementerios más antiguos de Roma, el Cementerio de Domitila, cuyo inicio se remonta a finales del siglo I. Una tumba en este cementerio, decorada con pinturas de un estilo muy temprano, lleva la inscripción “Ampliat” con iniciales del siglo I (F. F. Bruce). Aquí tenemos a otra persona que Pablo amaba. No sabemos mucho más de él, pero esto nos dice que era valorado y apreciado, y que Pablo, estando lejos, se acordaba de él.
“Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús, y Estaquis, amado mío” (16:9). Urbano fue un nombre especialmente común en Roma. Pablo amaba a los hermanos y solicitaba su colaboración en el ministerio. No era el predicador visitante que daba un mensaje y después se quedaba a comer en casa de algunos de la iglesia, sino una persona que involucraba a los creyentes en su ministerio y terminaba haciéndolos amigos suyos. El nombre Estaquis ocurre en asociación con la familia real.
“Saludad a Apeles, aprobado en Cristo”. (16:10). Fue un nombre común entre los judíos de Roma. ¿Qué habría hecho el hermano Apeles para ganar este apodo, “aprobado en Cristo”? Evidentemente el apóstol estaba contento con su aportación a la iglesia de Cristo. De Aristóbulo sabemos que su familia era creyente y que puede ser que Pablo se alojara en su casa. “Saludad a los de la casa de Aristóbulo”: Pablo había hecho amistad con todos ellos.
“Saludad a Herodión, mi pariente. Salud a los de la casa de Narciso, los cuales están en el Señor” (16:11). Aquí tenemos, o bien a otro pariente de Pablo, o a otro judío, que se había convertido. Esta expresión puede significar “un familiar”, o simplemente, alguien de origen judío, no lo sabemos. Pablo había venido de una familia judío-ortodoxa, conocedora de las Escrituras, y comprometida con su fe. No sabemos cuántos de sus familiares se convirtieron al Señor Jesús, pero cada uno de ellos tenía una relación especial con Pablo. “De la casa de Narciso”: Calvino y otros han identificado a este Narciso con Tiberio Claudio Narciso, quien fue ejecutado por orden de la madre de Nerón. Sus bienes fueron confiscados y sus esclavos pasaron a ser propiedad real. Si esto es cierto, este saludo va dirigido a los creyentes de entre ellos.
De estos nombres sabemos que el testimonio de Pablo llegó a judíos y a romanos, a esclavos y a miembros de la casa imperial, uniéndolos eternamente a la familia de la fe.
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