PECADOS A EVITAR

 

“Estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Corintios 10:11).

Lectura: 1 Cor. 10:1-10.

            Aquí tenemos una información muy valiosa. ¿Cuáles son los pecados que tenemos que evitar si queremos entrar en la Tierra Prometida? Ya sabemos cuáles son los de este texto y los de otros paralelos como el siguiente: “¿No sabemos que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Cor. 6:9, 10).

¿Cuáles son los pecados mencionados por Pablo en este texto?

  • La codicia. “No codiciemos malas cosas, como ellos codiciaron”. Ellos codiciaron cosas que Dios había prohibido, cosas que no les pertenecían, que no eran para ellos. Que nosotros no deseemos cosas que Dios nos ha prohibido.
  • La idolatría. “Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar”. La idolatría, además de incluir la adoración de un dios falso, incluía la comida, probablemente prohibida en la ley, y la bebida alcohólica, la borrachería, y la inmoralidad sexual, parecida a la discoteca de hoy y el conjunto que la acompaña. La diosa de hoy es la del placer.
  • La fornicación. “Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil”. El sexo es otro dios de nuestra cultura.  
  • La rebeldía. “Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes”. El pueblo se quejaba porque el camino era largo, y de Moisés por haberles sacado de Egipto, y de la comida, porque no había ni pan ni agua, según ellos.
  • La murmuración. “Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor” El pecado en cuestión fue la queja contra Moisés y Aarón, e implícitamente contra Dios quien los había escogido, por la disciplina que Dios aplicó a los líderes de la rebelión de Coré.

Debemos tener mucho cuidado y temor a Dios a la hora de desear lo que Dios ha prohibido, de participar en el desmadre de este mundo, de practicar la inmoralidad que forma una parte normal de la vida de muchos de nuestra generación, y de quejarnos contra los líderes que Dios ha puesto sobre su iglesia. Es muy fácil cometer estos pecados, porque la mayoría de los que se llaman cristianos los cometen y muchos creyentes no ven nada malo en hacerlo. Pero hemos de tener en cuenta que los ejemplos que Pablo cita son pecados del pueblo de Dios, no de los pueblos paganos. “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”. De todo esto Dios nos ha salvado para que vivamos en santidad delante de Él.          


 
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