“Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto” (Genesis 22:14).
Lectura: Romanos 8:32.
Uno de los nombres de Dios es Jehová-Jireh, que significa “el Dios que provee”. Fue el nombre que Abraham le dio cuando Dios proveyó un sacrificio en sustitución por su hijo Isaac. Abraham estaba a punto de sacrificar a su hijo en el altar cuando Dios le mostró un carnero trabado en un zarzal que pudo ofrecer a Dios en lugar de Isaac. Esta es la necesidad más grande que teníamos nosotros, un sustituto que muriese en nuestro lugar por nuestro pecado y esto es lo que Dios proveyó en la persona de Cristo. No estaba trabado en un zarzal y no era un carnero, sino el eterno Hijo de Dios que tomó carne humana para ser sacrificado en la cruz del Calvario para que nosotros no muriésemos eternamente. Es la provisión definitiva para nuestra necesidad más grande, y Pablo dice, que, si Dios ya nos ha dado lo más grande, suplirá nuestras necesidades menores también: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32).
La oración siguiente está basada en la fe en la provisión de Dios:
Padre amado,
Te damos gracias porque ninguna situación está fuera de tu control, como si no pudieras proveer la solución, porque Tú eres Jehová-Jireh, el Dios que provee. Eres el Dios de toda provisión, desde la más grande hasta la más pequeña. Toda necesidad nuestra la puedes suplir. Todo recurso es posesión tuya para manejar según Tú deseas, y toda autoridad es tuya para emplearla según tus propósitos. Te alabamos porque eres el Dueño de todo cuanto existe, sostienes todo en tus manos. Te damos gracias porque Tú conoces nuestras necesidades aun antes de pedirte nada, aun antes de que acudamos a Ti en oración. Eres consciente de todo cuanto nos concierne y tienes un plan que llevarás a cabo en medio de cada adversidad. Tuya es la provisión, y tuya es la solución. Te pertenecen. Puedes allanar montañas para hacer camino para tus hijos.
Padre, Tú conoces la inmensidad de la carga que pesa sobre nuestros corazones en estos momentos. En esta nuestra necesidad inmediata pedimos tu respuesta, porque no hay solución humana fuera de Ti. Perdónanos por dudar de Ti, por preocuparnos y por intentar con tanto esfuerzo solucionar el problema por nosotros mismos sin contar con que Tú todo lo solucionas. Tú eres el Dios que todo lo puedes. No hay nada imposible para Ti (Lucas 1:37). Ayúdanos a confiar más en Ti, ayúdanos en nuestra incredulidad. Escogimos reconocer y creer que Tú eres capaz de hacer más, mucho más, de lo que nosotros creemos posible. Te damos gracias de antemano por tus milagros, por mover las montañas que están en nuestro camino, por proveer lo que necesitamos. Gracias por la abundancia de bendición y bondad que tienes guardada para nosotros. Confiamos en Ti en el día de hoy, agradecidos por tu poder y el gozo que llena nuestras vidas. Gracias por enseñarnos a estar contentos en todas las circunstancias. Te amamos Señor, nuestra esperanza está en Ti, y nos apoyamos en Ti. En el nombre de Jesús, Amen.
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