Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza” (Filipenses 4:8).

Lectura: Filipenses 4:6, 7.

            Esto ya lo sabes. Muy bien. “Esto haced” (4:9), y tendrás paz: “Entonces el Dios de paz estará con ustedes” (4:9). Pero, si no lo haces, no tendrás paz y Dios parecerá lejos. Si no piensas en lo positivo, sino en lo negativo, tendrás desasosiego, angustia, desencanto, amargura, tristeza, sensación de culpa, depresión, resentimiento, un espíritu crítico y el deseo de morir. Todo depende de tu actitud. En cambio, si piensas en lo bueno, en lo que dice Dios, en las promesas de Dios, en las bendiciones de Dios, en los hermanos de buen testimonio, tendrás paz y gozo. Si piensas en lo negativo, no lo tendrás.

Lo negativo:

• Todo me ha ido mal.
• Mi marido tiene la culpa de todo.
• Nada bueno hay en mi vida.
• Quiero morir.
• Qué daño me han hecho.
• Me pasa una desgracia tras otra.
• No tengo amigos.
• No tengo nada importante que hacer.
• Estoy sola.
• Tengo muchas limitaciones.
• Nadie me entiende.
• No puedo.
• Esto me supera.
• No es justo lo que me ha pasado.

Lo positivo:

• Dios me ayudará.
• Saldré de esto.
• Dios tiene salidas para todo.
• Dios me ha ayudado siempre.
• Dios lo usará para bien.
• Mis bendiciones superan mis problemas.
• Aprenderé a conocer más a Dios en esto.
• Mi fe crecerá.
• Dios me está moldeando.
• Saldré como oro.
• Mucha gente me necesita.
• Esto ha venido de Dios para mi bien.

            Si pienso positivamente, tendré paz y gozo. Pablo dice: “En esto pensad”. Si no lo hago, estoy en desobediencia ante Dios. Esto es pecado. Hay que pedir perdón y llevar tu negativismo a la cruz. Clávalo allí. Déjalo clavado, y cuando baje de la cruz, vuélvelo a subir. Repite esto hasta que lo tengas como hábito, y, con la práctica, lo harás cada vez más rápidamente hasta desarrollar la capacidad de dominar tu pensamiento negativo y desarrollar un pensamiento positivo de gratitud, y alabanza a Dios. Aprenderás a regocijarte siempre y tu vida cambiará. Obedece esto: “No dejen de poner en práctica todo lo que aprendieron y recibieron de mí, todo lo que oyeron de mis labios y vieron que hice. Entonces el Dios de paz estará con ustedes” (4:9).  

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