DIOS SE REGOCIJA SOBRE MÍ

 

“Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso” (Lucas 15:5).
 
Lectura: Lucas 15:1-7.
 
            Esta parábola nos habla del gozo del Señor. Habla del gozo del pastor cuando encuentra la oveja, el gozo de los amigos suyos que comparten su gozo, y el gozo en el cielo cuando un pecador se arrepiente. Tú eres esta oveja perdida, y cuando el Señor te encontró se gozó sobre ti y compartió su gozo con otros creyentes y con el Padre y con los ángeles del cielo.
 
            La siguiente parábola trata del gozo de la mujer cuando encuentra la moneda que había perdido. Se goza con sus amigas y vecinas, y hay gozo en el cielo: “Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (15:10).
 
            Y la tercera es acerca del gozo del padre cuando el hijo perdido vuelve a casa. Dijo a sus siervos: “Y traed el becerro gordo y matadlo, comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse” (15:23, 24). 
 
            Tú eres una oveja del rebaño de Dios, tú eres valioso, como la moneda de la mujer, y tú eres un hijo de la familia de Dios. Tú eres su oveja, su tesoro, y su hijo. Dios se regocijó sobre ti cuando te arrepentiste. Y Dios continúa regocijándose sobre ti. ¿Este es el cuadro que tienes, Dios regocijándose sobre ti? Cierra tus ojos, usa tu imaginación para visualizar estas escenas, y luego contémplate como posesión del Señor y valioso hijo suyo, y Él regocijándose sobre ti. Abre tus manos, tu mente y tu corazón para recibir esta revelación, admítela, y entra en el gozo de tu Señor.    
 
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