UNA ORACIÓN

   

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1).
 
Lectura: Romanos 8:9-17.
 
            El himno que veremos más abajo es una oración al Espíritu Santo reconociendo las muchas cosas que hace en nuestra salvación. Él es el que me revela las cosas de Dios. Él me presenta limpia delante de Dios por la sangre de Cristo. Él me ha dado el entendimiento de que Cristo verdaderamente ha muerto por mí. Él me lleva a confesar que Jesús es el Señor. Me quita el velo que cubre mi entendimiento para que la Palabra de Dios me llegue y yo comprenda que la sangre de Jesús fue derramada por mí personalmente. Es por mediación suya como reconozco que Cristo es mi Señor y mi Dios. El Espíritu Santo me ha dado la fe para creer que Dios ha oído mi oración y me ha salvado. Él Espíritu mismo ha dado testimonio a mi espíritu de que soy salva y que ahora soy hija de Dios. Y también es quien me santifica a la medida que me va perfeccionando en el amor. ¡Cuántas cosas debo a la obra del Espíritu Santo! Juega una parte vital en mi salvación y santificación. ¡Cuánto le debo y cuántas gracias le tengo que dar!
 
Este himno de Charles Wesley versa sobre la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Lo podemos emplear como oración personal:
 
Espíritu de fe, desciende y revélanos las cosas de Dios.
Preséntanos delante de Dios y testifica con la sangre.
Lo tuyo es aplicar la sangre, y darnos ojos para ver que el que
Por pecadores culpables murió, en verdad ha muerto por mí.
 
Nadie puede confesar con sinceridad que Jesús es el Señor,
A no ser que Tú le quites el velo, y le insufles la Palabra viva;
Entonces, y solo entonces, sentimos nuestro interés en su sangre,
Y clamamos, con gozo inefable: ¡Tú eres mi Señor y mi Dios!
 
Inspira la fe viva, por la cual todo aquel que pide, recibe;
El testimonio interno ya tiene él que cree conscientemente;
Tiene la fe que vence el mundo, que puede mover montañas,
Y que salva a todo aquel que invoca a Jesús y los perfecciona en amor.
 
Charles Wesley, 1707-88
 

Copyright © 2023 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.