“Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después” (Lucas 13:6-9).

            Esta persona está madura para el juicio. No ha respondido al Evangelio. Dios está justificado en destruirla, y lo habría hecho, si no fuese por el intercesor. El intercesor le ruega que detenga el juicio un poco más mientras que hace todo lo que está en su poder para que la persona responda a Dios y produzca los frutos que evidencien su conversión. Esto es lo que tenemos en esta parábola. El Dueño ha esperado un tiempo prudencial. El árbol no ha dado su fruto. No sirve para nada. Está ocupando un espacio valioso en su terreno que podía emplearse para otra cosa. Decide cortarla, pero el viñador le ruega que la deje durante una temporada más y dice que va a cuidarla a ver si da su fruto. 

            ¿No podemos tomar ejemplo de este siervo? En lugar de animar al Dueño a que corte el árbol, le pide que espere y promete dedicar su atención a este árbol, a ver si da fruto. Ya lleva años cuidando aquel árbol. Podía haber perdido la paciencia y decir que era inútil, que no había nada que hacer, que estaba harto de trabajar en vano, que aquel árbol era borde y más vale dedicarse a otra cosa; pero no lo hace. Se compromete a trabajar más con vistas a una buena cosecha al año siguiente. Esta es una llamada a la paciencia de nuestra parte, a la intercesión, y al trabajo persistente con esta persona que todavía no ha respondido produciendo los frutos que Dios quiere ver en su vida. No tiremos la toalla. El juicio es seguro. Oremos. Trabajemos. Tal vez todavía veremos el fruto deseado.
             ¿Dios nos llamaría a la paciencia si no fuesen a haber resultados?

Copyright © 2023 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.