JESÚS Y LOS PROFETAS (21)

“Dios vendrá de Temán, y el Santo desde el monte de Parán. Su gloria cubrió los cielos, y la tierra se llenó de su alabanza” (Habacuc 3:3).

Lectura: Habacuc 3:1-6.

Los siguientes profetas que vamos a mirar son: Habacuc, Hageo y Zacarías.

     Habacuc. Como la profecía es un poco oscura, vamos a citar las palabras de un comentarista[1] sobre Habacuc 3:3: “De nuevo, hay un tema escatológico en las palabras del profeta. Dios vino a ayudar a su pueblo en el pasado; Dios vendrá de nuevo para rescatarlo; y al final de los tiempos Dios volverá una vez más, de una vez por todas para justificar a quienes le pertenecen, y para juzgar a los que se han opuesto a Él”. “Esta perspectiva es similar a la que se describe en las palabras de Jesús acerca de su segunda venida al final de los tiempos: “todas las tribus de la tierra verán al hijo del hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30)”.

     El Mesías es tipificado en la vida de fe del profeta (Habacuc 2:4) y en su constancia en la oración y la intercesión a favor de su pueblo.

     Hageo predijo que la gloria de Dios llenaría el templo: “Porque así dice Jehová: De aquí a poco Yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el deseado de todas las naciones, y llenaré de gloria esta Casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, y en este lugar dará paz, dice Jehová de los ejércitos” (Hageo 2:6-9). Según el comentarista David F. Burt[2], el verbo “vendrá/vendrán” es plural y el texto debe rezar “los deseados”, o sea, “los tesoros” vendrán. Los tesoros de todas las naciones son las personas. La casa gloriosa que Jesús está construyendo (Mateo 16:18) no está hecha de piedras y cemento, sino de piedras vivas (1 Pedro 2:5-7), y será mucho más gloriosa que el templo de Salomón, como una persona es de más valor que una piedra. Estos tesoros serán los redimidos de todas las naciones que formarán “una casa espiritual”, la Iglesia de Cristo, que permanecerá para toda la eternidad.

     Zacarías profetizó que el Mesías sería tanto Sacerdote como Rey: “Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado, y consejo de paz habrá entre ambos” (Zacarías 6:12, 13). Jesús está edificando el templo de Jehová, la Iglesia (Mateo 16:18). Él es Sacerdote y Rey. “Tenemos tal sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos” (Hebreos 8:1). “Él es Rey de reyes y Señor de Señores” (Apocalipsis 17:14).

…/…


[1] Comentario Antiguo Testamento Andamio. Joel, Miqueas y Habacuc. David Prior.[2] Esdras. David F. Burt. Publicaciones Andamio.

Copyright © 2023 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.