“En tu mano están mis tiempos” (Salmo 31:15).
Lectura: Salmo 31:13-16.
“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre” (Salmo 37:24). A continuación de dar una charla sobre este tema, el Señor me dio una experiencia que lo ilustra. Sirve como botón de muestra de que esto es verdad y es justo que la comparta para dar la gloria a Dios y reforzar nuestra confianza de que nuestros tiempos sí que están en manos de Dios, nuestras circunstancias no son el resultado del azar, ni de la casualidad, y no son controladas por Satanás, sino que están en manos de Uno cuyo entendimiento no tiene límites, y cuya sabiduría es más vasta que el mar.
Salí de esta misma reunión pensando: Ahora tengo un largo recorrido para llegar a casa. Primero iré a la estación del tren, luego bajaré del tren y tendré que esperar el autobús y después del largo recorrido en el autobús me espera una larga caminata a casa. Habíamos orado mi marido y yo acerca de esto y estábamos pendientes de ver lo que el Señor haría. Él estaba bien lejos en otro pueblo haciendo un recado. Al empezar a caminar hacia el tren, una hermana me dio un ticket que me sirvió para llegar a la estación en bus. También valió para el tren, y para el siguiente autobús. Al salir del tren pregunté a una mujer por el autobús a mi pueblo y resulta que iba a coger el mismo. ¡Llegó el autobús en seguida, nada de espera! Subimos juntas y esta señora me explicó cómo estuvo en un accidente que debería de haber sido fatal, pero que ocurrió un milagro y le salvó la vida. Esto abrió la puerta para hablar del Señor durante todo el trayecto. Coincidimos al bajar del autobús en la misma parada y continuamos hablando un buen rato hasta que sonó mi móvil, pues mi marido había llegado al pueblo en estos momentos y pasó a buscarme. Así que nada del paseo largo para llegar a casa. Llegamos a casa, y como tenía la comida hecha, nos sentamos a comer a la hora de siempre, ¡como si hubiésemos estado en casa todo el tiempo! Esta clase de coordinación solo puede hacerla el Señor.
Pero cuando todo no sale tan redondo, también vemos la mano del Señor. Pues Él controla nuestros pasos cuando paseamos por pastos verdes y también cuando andamos por el valle de la sombra de muerte. Los días de sol nos sirven para fortalecer nuestra fe para cuando vienen días de tormenta. Es el mismo Dios siempre que está ordenando nuestros pasos. La lección de hoy fue que Dios puede hacer que todo encaje perfectamente si quiere. Y si no quiere, que mostremos la misma confianza en Él, sin protestar o dudar. Dios sabe lo que hace y tiene un propósito en todo. Alabado sea su nombre, hoy, y mañana cuando parezca que todo haya salido mal: “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre”, siempre.
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