“Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar” (Habacuc 3:19).

Lectura: Hab. 3:16-19.

            El profeta está anticipando un futuro funesto, lúgubre y negro, marcado por la muerte, la escasez, y la extrema pobreza. Después de la guerra que Dios ha asegurado que vendrá, el país quedará devastado y la población diezmada. El profeta recibe esta noticia primero con protesta: ¡Es injusto! Después con consternación: ¿Cómo puede Dios permitir tal cosa? Después con ecuanimidad: Dios sabe lo que hace. Y finalmente con la confianza de que el Señor lo capacitará a pasar por esta angustia victoriosamente. Cuesta digerir una mala noticia, pero finalmente la aceptamos como algo que Dios ha planeado para nosotros en amor para fines buenos, aunque muy difícil en el momento de vivirlo. Después de pasar por esta serie de emociones, el profeta toma su postura de confianza en Dios y dice: “Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar”. Vamos a analizar esta frase para luego decir lo mismo cuando nos encontremos en nuestra hora negra.

• “Jehová el Señor es mi fortaleza”. No me voy a desmayar. No cogeré una depresión. No voy a enfadarme con Dios. Y no voy a vivir amargado y resentido. Voy a fortalecerme en el Señor, y el Señor llenará mi pobre flaqueza con su divino poder. Él aumentará mis fuerzas. Esto que me pasa no me va a tumbar; lo voy a superar por el poder de Dios.

• “El cual hace mis pies como de ciervas”. Las ciervas tienen pies especiales para subir montañas y vivir en las alturas. Son muy pequeñas sus pezuñas, pueden conseguir un punto de apoyo en lugares en las peñas donde nuestros pies no cabrían. El mismo Dios que las hizo para las alturas puede equiparnos a nosotros para vivir en las nuestras.

• “En mis alturas me hace andar”. Mis alturas son mis problemas, dificultades, desafíos e imposibilidades. La montaña es bonita en una postal, pero ¡cuando la tengo que subir es otra cosa! No estoy tumbada en la cama, triste y sin fuerzas en medio de mis problemas, sino de pie y andando. 

            Dicho esto, todavía quiero saber el significado de “pies de ciervas”. Representan la fe. Significa caminar por fe. La fe es lo que necesito para seguir adelante y superar obstáculos. Necesito una fe firme en Dios, en que Él me va a ayudar. Por la fe sé que Dios me ama, que está conmigo y que me va a fortalecer para vivir dentro de lo que su voluntad me lleva a pasar. Dios ya ha dicho a Habacuc que “el justo por su fe vivirá” (2:4). Vivimos por fe. Yo recibo fuerza de Dios por medio de la fe. Creo sus promesas, creo en Él, en lo que Él es, creo en su poder, creo en su presencia conmigo, creo en su sabiduría al permitir lo que permite, creo que Él me dará la victoria. Creo que por su gracia voy a superar la prueba. Es la fe la que glorifica Dios, la fe en acción, porque queda patente que sin su ayuda no habría podido vivir lo que he vivido. Se ve su poder en mi vida, sobre todo, en medio de mis dificultades cuando camino por fe.

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