“Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb” (1 Samuel 25:3).
Lectura: 1 Samuel 25:14-20.
Vamos a hablar de la mujer virtuosa en su casa, en la sociedad, en su trabajo y en la iglesia usando cuatro mujeres como ejemplo, Abigail, Ester, Rut, y Priscila, respectivamente. Son las cuatro esferas en que se mueve la mujer. Antes de nada, hemos de notar que, aunque las separamos para propósitos de comentar cada área, están unidas en la vida de la mujer. Si una mujer es virtuosa, lo es en todas las áreas de su vida. Una mujer no puede ser virtuosa si es ejemplar en su trabajo, en la sociedad y en la iglesia, pero falla como esposa y madre. Si es virtuosa en la casa, pero deshonesta en su trabajo, tampoco. La virtud es una cosa global que tiene que manifestarse en todo lo que hacemos.
Hemos escogido a Abigail como ejemplo de mujer virtuosa en el hogar, porque lo tenía muy difícil, y, sin embargo, precisamente por esto, brilla como mujer de virtud, integridad, inteligencia, y espiritualidad en su superación de estas dificultades. Su marido era rudo y áspero, pero sabía cómo vivir con él y cómo tratarlo. Supo someterse a él sin anularse; respetarlo, sin ser insensata; y hacerle bien, sin dejar que se destruyese. Usó su inteligencia para salvar su vida y la de muchos otros.
Abigail vivía en una especie de cortijo, o hacienda, con una compleja, pero próspera, economía. Manejaba muchos siervos, tanto hombres como mujeres, organizaba los bienes de la casa, hacía conservas, y trabaja con eficiencia, teniendo provisiones para el futuro. Gozaba de una buena relación con los sirvientes y tenía todo su respeto. Su vida transcurría lejos de la ciudad, en pleno campo con miles de ganados, lejos del contacto social. No tenía hijos. Parece que no tenía mucho contacto con familiares o mujeres de su mismo nivel social. Parecía que nunca tendría la oportunidad de usar sus dones y capacidades hasta que surgió el incidente con David que habría sido fatal si no hubiese sido por ella. De repente las cualidades excelentes, la inteligencia y espiritualidad que llevaba años cultivando, entraron en acción. Ella se puso en plena marcha y organizó el rescate de toda su casa. David reclamaba comida para sus hombres y Abigail proveyó para las necesidades de 600 hombres con las provisiones que tenía almacenadas en su casa. Abrió su boca con fe y sabiduría y disuadió a David de vengarse tomando las vidas de mucha gente inocente. Afirmó su fe en que un día Dios cumpliría sus promesas para él y lo pondría en el trono de Israel. Defendió la reputación de David. Abigail logró todo esto usando los recursos personales y espirituales que Dios le había dado como mujer.
Su ejemplo sirve de ánimo para mujeres que viven con hombres difíciles, que parecen ser ignoradas sin oportunidades de usar sus dones, cuya espiritualidad parece ser solamente personal, sin alcance alguno. Dios usa lo que llevamos años cultivando para momentos puntuales en los que todo lo que llevamos dentro sale a flote y Dios es glorificado en nuestras vidas como nunca lo habríamos esperado.
Copyright © 2023 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.