¿CÓMO SALDREMOS DE ÉSTA?

 

“Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?” (Juan 6:5).
 
Lectura: Juan 6:3-10.
 
            Jesús había notado que la fe de Felipe era un poco débil, y aprovechó la ocasión para fortalecerla. Es lo mismo que hace con nosotros.
 
El Señor prueba nuestra fe. Surge una situación imposible de resolver y el Señor nos pregunta cómo la vamos a solucionar. Lo hace para que pensemos en todas las posibilidades humanas habidas y por haber, y finalmente nos demos cuenta de que ninguna funciona. Nuestros recursos no dan abasto. Ellos no tuvieron suficiente dinero para comprar pan para 5,000 personas, y si lo hubieran tenido, no había tiendas por allí. Incluso, si hubiese habido, ninguna tienda tendría tanto pan a la venta. Cuando hubieron considerado las posibilidades, vieron que no había ninguna solución.
 
El texto dice: “Pero esto decía (Jesús) para probarle; porque él sabía lo que había de hacer” (6:6). Este texto es maravilloso. En todas las pruebas que tenemos que pasar, el Señor ya sabe de entrada lo que hay que hacer para solucionarlas. Para la prueba que tenemos ahora mismo, hay una solución. Nosotros la desconocemos, pero esto no significa que no la haya. El Señor sabe cuál es. Lo que pasa es que de momento quiere probar nuestra fe. Entonces lo que hemos de hacer, después de haber repasado todas las posibles soluciones y comprendido que ninguna vale, es decir al Señor: “Pues haremos aquello que tú has pensado”. Cuando los discípulos llegaron a este punto, Jesús tomó las riendas y les dijo lo que tenían que hacer, paso por paso. Era importante que se diesen cuenta de lo imposible de la situación para apreciar más el milagro que Jesús hizo.
 
Lo que el Señor quiere ver en nosotros en nuestras pruebas es la fe. Otra cosa que quiere ver es el gozo: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Stgo. 1: 2-4). ¿Cómo vamos a tener gozo en medio de una prueba? Llega el gozo cuando ponemos nuestra fe en el Señor para que Él haga lo que ya había pensado, y cuando nos damos cuenta de que, además de trabajar nuestra fe, el Señor está trabajando nuestra paciencia para que finalmente seamos creyentes completos. Un creyente deficiente es uno que tiene poca fe y es impaciente en las pruebas. Un creyente completo tiene su fe puesta en el Señor y con paciencia está esperando la salida de la prueba. El enemigo no lo puede tumbar en medio de problemas que parecen que no tienen solución. Su fe será resiliente y su gozo imparable. ¿Cómo llegó a ser así? Por haber pasado y superado muchas pruebas. Por esto puede tener gozo cuando se presente otra prueba, porque es otra oportunidad de crecer en la fe y desarrollar más paciencia. Esta es la meta: ser creyentes de mucha fe y abundante paciencia. ¡Para allá vamos!

Copyright © 2023 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.