TE CONOCE Y TE AMA (5)

“Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis pensamientos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender” (Salmo 139:1-6).
 
Lectura: Salmo 139:13-18.
 
            “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” (Juan 20:15). Pues, Señor, lo que busco es ser hallada, recibida y aceptada. Quiero ser entendida y conocida. Quiero abrir mi corazón a un corazón abierto y ser amada. Y el Señor nos mira con ojos que penetran hasta el alma, y nos llama por nombre, “María”, y sabemos que hemos encontrado al que buscábamos.
 
Padre amado, desde el fondo de mi alma surge un canto de alabanza a Ti, porque Tú nos entiendes a las mujeres. No es tanto porque todo lo sabes, sino porque tienes los mismos deseos y emociones que tenemos nosotras, porque Tú nos creaste a tu imagen. Entiendes nuestras emociones porque tienes las mismas, porque las tenemos de ti. Nos creaste con los mismos deseos de ser entendidas que Tú tienes para que podamos entenderte a Ti y ser entendidas por Ti. Entiendes nuestro deseo de ser comprendidas, porque tienes el mismo, y te gozas en encontrar a una persona que te comprenda, como nos gozamos. Conoces los deseos más profundos de nuestro corazón, porque son los mismos que tienes Tú. Añoras la intimidad, al igual que nosotras, porque nos hiciste a tu imagen. Eres un Ser relacional. Buscas complicidad, cercanía, comunión y comunicación, como nosotras, porque somos como Tú, y Tú eres como nosotras. Entiendes la sensación de soledad y desencanto cuando no somos correspondidas, porque Tú nos hiciste como Tú y sientes lo mismo. Quieres darte a conocer y ser entendido, quieres ser buscado y hallado, y quieres formar parte de nosotras como nosotras queremos formar parte de las vidas de aquellos a los que amamos.
 
Tú aprecias el derroche de amor a Tus pies porque Tú derrochaste Tu corazón en el Calvario por amor a nosotras. Aprecias nuestro servicio por ti porque Tú te hiciste Siervo para servirnos a nosotras. Quieres tener hijos como una madre y valoras nuestra dedicación a nuestros hijos, porque Tú te dedicas a los tuyos. Eres El Shaddai, el Dios que nutre, fortalece y satisface a sus hijos. Amas la casa, porque eres Dueño de una Casa hermosa. Cuando damos hospitalidad somos como Tú. Pues nuestra esperanza culmina en pasar la eternidad en tu Casa. Tú nos atenderás a nosotras como nosotras hemos atendido a muchos, y nos harás sentir esperadas y bienvenidas y en casa en tu Casa, sentadas a Tú mesa.  
 
Amas a tus amigos como nosotras amamos a los nuestros. Quieres que seamos amigas tuyas y nosotras queremos tu amistad, aunque Tú eres infinito y nosotras somos polvo. Tu amistad nos concede un valor incalculable. Nos hiciste con la necesidad más profunda de ser amadas, porque es la misma que tienes Tú. Y entiendes por ser amado todo lo que nosotras incluimos en esta expresión, porque es el resumen de todo lo que buscamos y lo que nos satisface. Tú eres el que se regocija con cánticos sobre tus amados. Esto es maravilloso. Eres un universo de sentimientos por explorar, porque eres infinito. Tus pensamientos y emociones son vastos, y nos hiciste en escala finita a tu imagen para conocerte y amarte. Infinitas gracias, bendito Padre. Amén.

  

Copyright © 2022 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.