LA LECTURA DE LA BIBLIA EN PÚBLICO

“Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” (Nehemías 8:8).

Lectura: Neh. 8:1-8.

            El escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera de manera que todo el mundo podía verlo porque estaba más alto que el pueblo. Abrió el rollo con reverencia: “Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinándose a tierra”. Y los levitas procedieron con la lectura y “hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar”“Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura”. Lo que notamos enseguida es la reverencia y humildad de Esdras ante lo sagrado, su amor y respeto por Dios y su Palabra. El pueblo respondió de igual manera y escucharon atentamente porque los levitas leían claramente, y ponían el sentido.

            De este texto aprendemos mucho acerca de la lectura de la Biblia en el culto a Dios en la iglesia:

  1. El encargado introduce un ambiente de reverencia y adoración a Dios.
  2. El que lee mantiene este mismo ambiente de respeto por lo sagrado.
  3. Lee el texto “claramente”. Esto significa que se tiene que proyectar la voz, leer despacio, enunciar bien cada palabra y mirar a la gente a ver si lo están captando.
  4. Ponían el sentido” significa que hay que poner el tono correcto, enfatizar lo importante, introducir las pausas necesarias, variar el volumen cuando procede, y comunicar la emoción correspondiente. Hay pasajes en los que hay que poner un tono alegre, otros en los que hay que poner un tono triste, o enfadado, o desafiante, o arrogante, o especialmente reverente, o de reprimenda, o de ánimo, o de consuelo, según el texto.
  5. Se lee: “de modo que entendiesen la lectura”. El objetivo es que la gente entienda la Palabra de Dios que es mucho más importante de lo que tú vas a decir a continuación. Dios habla por medio de su Palabra. Se lee con esta confianza: que Dios va a hablar a su pueblo.
  6. Es importante que la gente traiga su Biblia a la iglesia y que busque los pasajes que se lean. Para que los encuentren, es necesario que el que va a leer capte la atención de la congregación, que anuncie en voz clara y fuerte el pasaje que se va a leer, que lo vuelva a decir claramente, que espere y dé a la congregación el tiempo para encontrarlo, y que no empiece a leer hasta que todos lo hayan encontrado. Esto requiere paciencia. Pero también requiere la convicción de que la Palabra de Dios es sagrada y que vale la pena que la gente la lea para que se entere por el ojo además de por el oído, doblemente alcanzada.
  7. El que lee la Palabra de Dios lo hace con un espíritu de oración y con fe en su poder para informar mentes y transformar corazones.  

Que demos a las Escrituras la importancia que tienen y que las leamos de modo que pueden cumplir su misión en los que tienen el privilegio de oírlas leídas en la congregación.      

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