¿QUÉ PIDE DIOS DE LA MUJER? (9)

“Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada” (Tito 2:3-5).

Lectura: Ef. 5:25-30.

            Si la mujer se va a someter a su marido es menester que escoja a un hombre cristiano al cual esté dispuesta a someterse, no a alguien que la vaya a anular, ni dominar, ni utilizar para sus fines egoístas, ni que la vaya a humillar, o despreciar. No quiere el otro extremo tampoco, a un hombre que viva su vida a su manera sin preocuparse por ella, independiente, desentendiéndose de ella. Ni tampoco uno que se deje dominar por ella, dependiente de ella, como si ella fuera su madre.

            ¿Qué pasa si ella no era creyente cuando se casó y no escogió bien, o si fue obligada por sus padres a casarse con un hombre inconverso, como ocurre en algunas culturas? El apóstol Pedro trata este tema: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa” (1 Pedro 3:1, 2).

            Planteo algunas preguntas que la mujer que está considerando casarse puede contestar para sí misma:

  • ¿Se comunica contigo? ¿Te escucha? ¿Te permite decir lo que quieres decir?
  • ¿Reconoce cuando se equivoca, o siempre le echa la culpa a la otra persona, en este caso, a ti?
  • ¿Pide perdón cuando te hace daño? ¿Se da cuenta?
  • ¿Te ama como tú quieres ser amada?
  • ¿Te rebaja y frena tu crecimiento, o te permite y te ayuda a crecer y florecer como una mujer?  
  • ¿Te considera su igual, o te considera inferior a él?
  • ¿Cree que eres maravillosa?
  • ¿Te quiere cambiar? 
  • ¿Qué consideras tú una relación de amor? ¿Coincide con lo que él considera una relación de amor?
  • ¿Tú encajas en su ministerio o planes para el futuro?
  • ¿Tiene una relación vital con el Señor?
  • ¿Te ama en las maneras en que Cristo ama a la Iglesia?

Si nada más entrar en la relación tú ves que él tendría que cambiar mucho, o que tú tendrías que cambiar mucho para que la relación funcione a largo plazo, es mejor dejarla. Si la relación viene del Señor habrá muchas confirmaciones por el camino, no solo en el momento inicial. Estarás cada vez más convencida de que este hombre es el que tiene el Señor para ti. Y los demás lo verán claro también, especialmente tus padres y tus pastores. Los expertos dicen que tal como va el noviazgo, suele ir el matrimonio.  

       
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