¿QUÉ PIDE DIOS DE LA MUJER? (14)

“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro, o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de gran estima delante de Dios” (1 Pedro 3:3, 4).
 
Lectura: 1 Pedro 3:1-7.
 
            La manera de vestirse de la mujer comunica un mensaje acerca de cómo es ella y lo que quiere. Por medio del vestido, se ve su estatus social, su nivel de educación, su estado civil, su postura en cuanto al sexo, y si es creyente o no. Te puedes equivocar, pero se saben muchas cosas acerca de la mujer por solo mirarla. Los hombres miran e interpretan lo que ven. Las mujeres del mundo dicen que pueden vestirse como quieren y acusan los hombres de ser malpensados si van a por ellas con su fuerza superior para aprovecharse de ellas. Este juego de la mujer no es justo. Si son violadas, no hay nada que pueda justificar al violador, pero, al menos en parte, es culpa también de ellas: Invitan por su manera de vestir, y luego no quieren que se acepte la invitación.
 
            La discoteca es un antro de provocación sexual. La mujer se viste para matar, con un top ceñido que marca el pecho, escotado y deja la barriga al aire. Lleva un pantalón que parece que se ha pintado su cuerpo de color tejano y luego baila un baile erótico y provocativo. Lo que pretende es excitar al hombre, casi iniciar al sexo, dejarlo encendido y abandonarlo en su deseo. El hombre responde por lo que sus ojos han visto. La mujer necesita más estímulo para el sexo, así que ella tiene la ventaja, porque puede provocar y abandonar, y sale ganando. Ha conseguido lo que quiere, ser atractiva para el hombre, pero el hombre no ha conseguido lo que él quiere, y se queda engañado y frustrado. Si lo que quiere la mujer es el sexo, ha tomado el primer paso para conseguirlo, y lo tendrá enseguida que salgan de este sitio, porque la sociedad le ha enseñado que puede tener sexo con quien quiera y no pasa nada. Pero lo que no sabe es que cada encuentro sexual la deja con menos que dar al siguiente hombre en cuanto al amor verdadero.
 
            Este es el mundo. Y la iglesia, ¿qué? La mujer no puede vestirse con la ropa del mundo y ponerse delante de la congregación para guiarla en la alabanza sin conseguir el mismo resultado. Esto enciende la ira de Dios, porque Él mismo ha dicho: “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16). Santo quiere decir “separado”, apartado para Dios, diferente del mundo. ¿Dónde están las mujeres cristianas que no se visten como las del mundo? Estas son las mujeres santas que temen a Dios: “No os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación” (1 Pedro 1:14-17). Seremos juzgados por nuestra manera de vestir. Ser de tentación para el hombre es pecado. Ha llegado la hora en que muchas mujeres cristianas deben cambiar el vestuario y empezar a vestirse para agradar a Dios y no a los hombres. Entonces veremos que son cristianas de verdad. Que seamos avisadas las mujeres que sin modestia no seremos salvas (1 Tim. 2:15).         
 

Copyright © 2023 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.