“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4).
Lectura: 1 Juan 5:5.
Nuestros niños pasan horas viendo películas con figuras imaginarias con poderes sobrenaturales y quedan embobados con este mundo imaginario. Figuran hombres y mujeres como el Hombre de Hielo, Human Torch (Tea Humana) y Tormenta, una que controla el tiempo. Figuran como el número 1 de los superpoderes porque creen que el que puede controlar el tiempo puede controlar todo. El número 2 son Telepaths que pueden leer y manipular mentes. Telequinesis es la habilidad de mover cosas con la mente como la heroína de la película de Stephen King. Kang el Conquistador puede moverse por el tiempo. La Flash es la que se mueve con más velocidad. Luke Cage es invulnerable; las balas rebotan de él. Hulk y su prima She-Hulk pueden destruir robots gigantescos. Black Lightening y Electro hieren a gente con electricidad. Teleportación es la habilidad de entrar en una habitación pasando por paredes. Nightcrawlers (Rastreadores nocturnos) se trasladan de un lugar a otro en batalla. Superman vuela. Mujer Invisible crea campos de fuerza y puede hacer invisible a otros.
Todos estos personajes son el pan diario de nuestros niños. Actúan en un mundo fantástico que los tienen hipnotizados. Están pegados a la pantalla, embobados por estos poderes, pero no son reales. No queremos que nuestros niños tengan la mente cautivada por un mundo que no existe, cuando la Biblia está repleta de historias de hombres y mujeres reales que sí tenían poderes supernaturales superiores que estos. Los milagros que salen en la Biblia se manifestaron en ciertos periodos de la historia cuando Dios estimaba que hacían falta. No son para divertirnos, sino para revelar la existencia de Dios a pueblos que no lo conocían, incluyendo a Israel en periodos de apostasía. Los profetas mostraban poderes superiores a los de los Superpoderes de la televisión. El Señor Jesús los usó más que nadie. Servían de evidencia de sus pretensiones. Nosotros los tendremos cuando estemos con Él en el Reino de Dios.
En la Biblia eran personas reales que usaban “superpoderes”: Job tenía un muro protector, “campo de fuerza” alrededor de él haciéndolo invulnerable hasta que Dios se lo quitó. Enoc ascendió al cielo sin morir; voló más alto que Superman; superó la muerte. Moisés abrió el mar, bajó pan del cielo, sanaba enfermedades; sacó agua de la roca y predecía el futuro. Elías controló el tiempo, levantó muertos, bajó fuego del cielo, corrió más rápido que un carro, veía el futuro, y ascendió al cielo sin morir. Elías hizo descender fuego del cielo, predecía el futuro, levantó a muertos, sanó a enfermos, multiplicó comida, veía y oía lo que pasaba en otros lugares, veía ejércitos de ángeles en esferas celestiales que eran invisibles al ojo humano y predecía el futuro. Los amigos de Daniel no se quemaron en el horno de fuego y Daniel cerró la boca de leones. Ezequiel podía ver a Dios en dimensiones eternas, se trasladó de un país a otro en un instante, veía el futuro. Ninguno de los personajes de los cómics hace lo que hicieron estos hombres. Los poderes sobrenaturales procedían de Dios y eran para ser usados según su dirección. La excepción es Sansón que jugaba con sus poderes y pagó un alto precio por hacerlo. Son poderes sagrados y no deben ser usados para divertirnos. Nos movemos en un mundo real en el que interviene el mundo espiritual, pero, con o sin milagros, siempre hemos de vivir por fe en el Dios que todo lo puede y domina todo lo sobrenatural.
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