EL PROPÓSITO DE LA VENIDA DE JESÚS

“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

Lectura: Juan 10:8-11.

            Solemos decir que el propósito de la venida de Jesús era salvarnos, y es cierto, pero nosotros no somos el centro del universo. Dios llevó a cabo muchas cosas con la venida de Su Hijo a este mundo. Salvarnos solo era una de ellas. Algunas transcienden al ser humano y su problemática, pero al solucionar ésta, Dios también llevó a cabo otros propósitos suyos. Vamos a mirar brevemente algunos de ellos:

  1. Cristo vino para salvar al hombre: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:17). “Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados” (Juan 3:5). “El Hijo del hombre ha venido a salvar lo que se había perdido” (Mat. 18:11).
  2. Cristo vino para deshacer las obras del diablo: “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 5:8). ¿De qué manera? La obra del diablo es tentar y acusar. Cuando nacemos de nuevo ya no estamos bajo el dominio del pecado: “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado” (1 Juan 3:9), así el diablo no tiene de qué acusarle.
  3. Cristo vino para conquistar la muerte: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Mas gracias sean dadas a Dios que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Cor. 15:55, 57). “El postrer enemigo que será destruido es la muerte” (1 Cor. 15:26).
  4. Vino para introducir una nueva humanidad, de la cual Él es las primicias (1 Cor. 15:23). Resucitó con el nuevo cuerpo que tendremos en el reino del Padre.
  5. Vino para vencer a Satanás y a todo lo que se opone al Padre y luego entregarle el reino: “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia” (1 Cor. 15:24). “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4).
  6. Vino para enseñar y modelar la nueva vida en el Espíritu: “El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo. El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir” (Mat. 20:26-28).
  7. Vino para revelar el amor de Dios: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él” (1 Juan 4:9).

En su venida al mundo, el Hijo de Dios venció por segunda vez a Satanás; rescató al hombre de su tiranía; fue castigado por nuestro pecado, nos redimió; libró al hombre del poder del pecado, de la muerte, y de la esclavitud al mundo; formó una nueva raza de hombres de la cual Él es las primicias; estableció el Reino de Dios compuesto por gente regenerada con la ley de Dios escrita en sus corazones; ascendió al cielo y mandó bajar al Espíritu Santo quien nos da el poder para vivir una nueva vida del agrado de Dios. En su vida y en su muerte el Hijo glorificó al Padre y lo reveló como el Dios de amor que es. Formó a los doce y los envió para predicar la buena nueva del Evangelio del Reino a una humanidad perdida para que encuentre salvación y vida eterna en Cristo.   

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