“¿No le has acercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él” (Job 1:10-12).
Lectura: Job 1:6-9.
Si yo lo hubiese escuchado una sola vez, lo pasaría por alto, pero dos personas en dos ocasiones distintas me hicieron el mismo comentario, a saber, que Dios está haciendo una apuesta con Satanás a expensas de Job, sin importarle nada a Dios lo que a Job le va a costar en sufrimiento perder a todos sus hijos, y esto, con tal de que Dios salga ganando en este juego con Satanás del cual Job es la víctima.
Pues, estos pensamientos acerca de Dios no concuerdan para nada con la revelación de Él que tenemos en las Escrituras. Dios no se aprovecha de las personas para sus fines egoístas. No tiene fines egoístas. Él se sacrifica por el hombre, no sacrifica al hombre para su entretenimiento. Es incapaz de utilizar al hombre en juegos cósmicos con el diablo, a ver quién gana. Dios no nos pone en situaciones difíciles para ver cómo vamos a reaccionar. Nos prueba, eso sí, para ver si la fe que profesamos es realmente viable, pero esto es para nuestro beneficio, para que veamos cómo vamos y rectifiquemos, si hace falta. Sirve para que nuestra fe crezca. Y nos prepara para la prueba siguiente. Nunca nos prueba más allá de nuestra capacidad: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Cor. 10:13). La fe de Job estaba a la altura de esta prueba tan fuerte. En estas páginas veremos cómo Job soportó la prueba. Dios sabía que Job iba a vencer en esta tentación y por eso la permitió. Job iba a crecer mucho más como persona, y lo que él aprendió de Dios en la prueba iba a ser de ayuda para todo ser humano que viviría después de él.
El todo caso, aun si Satanás no hubiese intervenido de esta manera, la fe de Job habría sido puesta a prueba, tal como la fe de todo creyente es puesta a prueba. Y en todas las pruebas cabe la posibilidad de rebelarnos contra Dios por haberla permitido. Tal vez no reaccionemos blasfemando contra Dios en su misma presencia, que sería la peor reacción posible; hay una gama de reacciones que es posible tener, desde el enfado con Dios, hasta estar resentido con Él, o desconfiar de Él. Tal vez las personas que hicieron el comentario que originó este devocional estuvieran resentidas contra Dios, y por eso hablaron de Él con una actitud cínica, pues acababan de pasar por una prueba muy dura que había sacudido los fundamentos de su vida, y aún estaban tambaleando. Algunas pruebas revelan que la persona no es creyente. Proporcionan la luz necesaria para que esta persona reconozca que, efectivamente, no conoce a Dios, para que lo busque y sea salva de verdad. En tal caso, Dios le está haciendo un gran favor para que acuda a Él mientras todavía sea día de salvación. Si aprovecha la ocasión para conocer al Señor de verdad, estará eternamente agradecida a Dios por la prueba que evidenció cómo estaba delante de Dios.
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